Inicio » Content » TEXTOS PARA LA VIDA MONÁSTICA CRISTIANA (67)

3. Reglas monásticas latinas anteriores a la Regla de san Benito

IX. La Regla del Maestro (continuación)

Capítulo 71: Pregunta de los discípulos: Si los hermanos espirituales que se encuentran primero deben orar o darse la paz o saludarse. El Señor responde por el maestro:

1Cuando los hermanos entren en los monasterios, o se encuentren con hermanos espirituales que van de viaje, 2después de saludarse con el Benedicite, orarán en primer lugar y a continuación se darán la paz. 3Así es como leemos que hacían los ermitaños Pablo y Antonio cuando se encontraban, en seguida que se veían y se acercaban uno al otro; 4después de saludarse por sus propios nombres, inmediatamente hacían una oración, la concluían y después se daban el abrazo de la caridad intercambiando la paz[1].

5Por tanto, han de orar antes de darse la paz cuando se encuentren, 6porque si no se ha hecho oración antes, ¿cómo el hermano podrá saber? 7No (sea) que una tentación diabólica viniese a nuestro encuentro bajo una forma humana y que en lugar del cuerpo que uno cree ver, la fantasía diabólica no desapareciese súbitamente; 8y seríamos engañados por nuestra vista, si creyésemos a los ojos humanos, porque no lo pusimos a prueba con las oraciones divinas[2].

9Y si primero hay que orar, antes de darse la paz, cuando se encuentran, es también porque conviene dar gracias a Dios en primer lugar, mediante la oración, por el encuentro mutuo[3], 10y porque se ha dignado concederles a uno y otro que se conozcan y se encuentren; 11después, una vez acabada la oración hecha al Señor, ya pueden legítimamente dar al hombre (esa) gracia que (es) la paz.

 

Capítulo 72: Sobre la refección que se toma por caridad hacia los hermanos que llegan.

1Cuando los hermanos forasteros[4] llegan al monasterio, 2si (es) miércoles, viernes o sábado, el abad, si está presente, o el celerario, si el abad está ausente, les rogarán de esperar para la comida hasta nona. 3Pero si después de tres invitaciones no consienten en esperar hasta nona e insisten absolutamente en partir, 4por caridad se romperá el ayuno a causa de su arribo (y) todos los hermanos del monasterio comerán[5] con ellos a (la hora) sexta[6]. Pero si insisten en partir antes de sexta, cualquiera sea la hora de esa partida precipitada, 6ya comerán solos, sin los hermanos de la casa; y no se les dejará partir del monasterio en ayunas por causa del viaje, 7porque fue en la fracción del pan que conocieron la caridad de Cristo (cf. Lc 24,31. 35), 8como se lee también en los Hechos de los Apóstoles: los apóstoles Andrés y Juan no partieron hasta haber partido y consumido la eucaristía[7].

 

Capítulo 73: Sobre los hermanos que llegan tarde a la obra de Dios.

1El hermano que pierda en los nocturnos, matutinos y lucernarios la primera oración o el salmo, el abad lo atemorizará en el oratorio moviendo la cabeza, y después, afuera, lo amonestará en privado para que se corrija. 2Si falta a la segunda oración o al salmo, allí en el oratorio, en presencia de la comunidad, terminado el salmo, será corregido severamente. 3Pero si entra después de la tercera oración o del salmo, inmediatamente, junto con sus prepósitos, serán excomulgados y puestos fuera del oratorio, 4y no se les concederá el perdón si antes todos por igual, ante el dintel del oratorio, no dan satisfacción con humildad. 5Pero esto (se entenderá) según lo que dijimos en un capítulo anterior sobre la distancia de menos de cincuenta pasos[8].

6Pero en prima, tercia, sexta y nona el que no llegue después que haya sonado la señal para la primera oración y el primer salmo, será corregido severamente en el oratorio en presencia de todos. 7(Y) el que llegue después de la segunda oración o el segundo salmo, de inmediato[9] será excomulgado (y) saldrá fuera con los prepósitos.

8Quien no estuviera presente para la antífona y el versículo antes de la comida, comerán y beberán[10] aparte, sin la señal de la cruz y sin que se les dé y reciban la bendición, 9sin que nadie les hable hasta que se levanten. 10Y con razón deben comer sin ninguna palabra humana, porque antes de la comida no hablaron con Dios. 11En cuanto al que no esté presente en el versículo después de la comida para dar gracias a Dios por la refección, en la siguiente comida, recibirá el mismo castigo de separación[11] que aquel que no habló con Dios antes de la refección.

12Pero estas correcciones y excomuniones sólo atañen a quienes se atrasan por negligencia voluntaria y no están ocupados en ninguna tarea para utilidad del monasterio. 13Éstos, aunque proclamen de propia voz que, en el oratorio, se debe hacer memoria de ellos en las oraciones, por (estar) ausentes, los hermanos los omitirán; 14y que se sepan excomulgados, porque no los retenía la utilidad del monasterio, sino su negligencia. 15Pero los que están ocupados para utilidad del monasterio, es justo que los presentes en el oratorio hagan memoria de (esos) ausentes; 16sin embargo, en el lugar mismo en que están ocupados, dirán para sí y por sí mismos la obra de Dios.

17El hermano que fuere corregido en el oratorio, aunque no se le ordene salir del oratorio, sin embargo no entonará[12] ni salmo, ni responsorio, ni lectura ni versículo, 18hasta que haya dado satisfacción por su falta en el interior mismo del oratorio, inclinándose hasta las rodillas y pidiendo con humilde voz que oren por él.

19El hermano que esté ocupado para utilidad del monasterio, será recordado en el oratorio (durante su) ausencia. 20Los que estuvieren retenidos por negligencia o tardanza, no se los mencionará[13], porque es más bien un pecado el que cometen al no querer hacer memoria de Dios en las oraciones.

 

Capítulo 74: Se debe refrenar el libre arbitrio del hermano.

1El hermano que hiciere voto de ayunar, o de pasar un día sin comer[14], o de hacer abstinencia por sobre la medida prescrita, 2y que, sin orden del abad, quiera hacer algo al arbitrio de su voluntad, 3no se le permitirá, al contrario, porque es el diablo que lo engaña incluso con (algo) bueno, para obligar al hermano a hacer la propia voluntad, 4cuando en el monasterio no está permitido a un hermano hacer por voluntad (propia) lo que quiere.

 


[1] Vv. 3-4: Jerónimo, Vida de Pablo 9; PL 23,25 B.

[2] Vv. 5-8: cf. Historia monachorum 1; PL 21,404 A.

[3] Jerónimo, Vida de Pablo 9.

[4] Extranei.

[5] Communicent.

[6] Cf. Historia monachorum 7.

[7] Se trata de los Hechos de los Apóstoles apócrifos; y son dos los escritos a los que alude el versículo: la despedida de Andrés de sus neófitos de Macedonia y los últimos momentos de Juan antes de su desaparición. Cf. Seudo Gregorio de Tours, Libro sobre los milagros del bienaventurado apóstol Andrés 20; Hechos de Juan 109-111.

[8] Cf. RM 55.

[9] Lit.: “ya así” (iam sic).

[10] Advertir el cambio de número, que es del texto latino.

[11] Sequestrando.

[12] Inponat.

[13] Tacite praetermittantur.

[14] Superponere (cf. RM 53,38-41; 15,39; 22,27-8).