Inicio » Content » TEXTOS PARA LA VIDA MONÁSTICA CRISTIANA (69)

3. Reglas monásticas latinas anteriores a la Regla de san Benito

IX. La Regla del Maestro (continuación)

Capítulo 79: Pregunta de los discípulos: Sobre las celdas de los peregrinos. El Señor responde por el maestro:

1La celda de los peregrinos estará establecida aparte en el monasterio, 2donde los hermanos que arriban, especialmente los desconocidos, dormirán y depositarán sus alforjas. 3En esa celda no se pondrán las cosas del monasterio, o las herramientas, o los utensilios, 4no sea que los huéspedes que se creía (eran) espirituales, se descubra súbitamente que (son) ladrones en perjuicio (nuestro).

5Pero también por cautela dos hermanos de la decanía a la que pertenecen los cocineros ejercerán una custodia; 6serán (tomados) de esa decanía y designados por turno por sus prepósitos para custodiar a los hermanos extranjeros sin que éstos se den cuenta[1], hasta que todos los de esa decanía hayan acabado por turno (su) semana. 7Y cuando los de otra decanía comiencen a cocinar, si en los días de su semana llegan peregrinos, 8los hermanos de la misma decanía, designados por sus prepósitos, custodiarán a los hermanos que han llegado sin que se den cuenta, hasta que otra decanía les suceda. 9Por tanto, así todas las decanías pasarán terminando y recomenzando una después de la otra, para custodiar siempre a los extranjeros que llegan.

10Por tanto, esos mismos dos hermanos a los que toca el turno de vigilar, cuando llegan peregrinos, harán sus camas en el mismo local junto a éstos; 11para que si, por casualidad, uno de los huéspedes quisiera ir al oratorio de noche y el otro no se quisiera levantar por causa de la fatiga, o si tal vez  salieran afuera los dos por turno, 12uno y otro tendrían quien los vigilase sin que se diesen cuenta, 13de modo que al que sale para el oratorio o (hacia) afuera, un hermano de la casa lo guiará por las entradas y salidas del monasterio, que (son) inciertas de noche, y el otro permanecerá con el restante para vigilarlo; 14para que así también parezca que acompañan caritativamente a los huéspedes, y al mismo tiempo custodiarán los bienes del monasterio de (personas) inciertas sin que se den cuenta.

15Y de día estarán atentos para vigilarlos visualmente[2] dentro del monasterio para que no hagan nada. 16Pero si está tarea se encarga a dos hermanos, es para que noche vigilen por turno a los peregrinos, 17y de día, si uno de ellos está ocupado, el otro vigile al peregrino observándolo de lejos.

18Esa misma celda tendrá una cerradura tanto en el interior como en el exterior, 19para que de noche, encerrándose con los huéspedes, cierren desde el interior, tomen la llave y la oculten en un lugar convenido; 20de modo que, cuando el huésped quiera salir afuera, deberá despertar a los custodios (y) pedir la llave; 21será en presencia de uno de ellos que partirá afuera hacia el retrete[3], del cual ignora la ubicación. 22Por otra parte, esos mismos hermanos tomarán sus alforjas y sus bastones para guardarlos en esa misma celda, echando llave desde afuera para su fiel custodia.

23Si, tal vez, se encontrarán huéspedes que, perseverando fielmente y trabajando con ánimo, mostrasen (querer) estabilizarse en el monasterio, sus custodios le avisarán[4] al abad, 24y se les leerá la regla, se verá cuántos días han (pasado) en el monasterio, 25y se les darán los restantes días como una concesión para reflexionar. 26Y cuando terminen los días de dilación prescritos, entonces si están de acuerdo[5] con (la forma) de vida experimentada y la disciplina de la regla, 27-según lo establecido en un capítulo ulterior sobre la estabilidad de los hermanos en el monasterio[6]-, se entregarán al monasterio, “perseverando hasta la muerte” (cf. Flp 2,8)[7].

29Si no quieren (fijar) la estabilidad[8], pero quieren permanecer así en el monasterio trabajando cotidianamente con los hermanos, 30si están contentos de usar sus ropas y vestimentas en un trabajo para otro, 31el monasterio les suministrará solamente la ración de la mesa común o de subsistencia[9]; en cuanto al resto de las cosas necesarias, se les negará procurárselas, porque es a los estables que se les deben suministrar todas (esas) cosas; pero a aquellos[10] de estabilidad dudosa, les bastará la sola mesa del monasterio, 33y esto sólo porque ha querido trabajar con los hermanos quedándose; 34siempre[11] que sean vigilados por los hermanos día y noche cotidianamente.

 

 


[1] Ex inproviso.

[2] Oculo custodire.

[3] Refrigerium; cf. RM 19,22.

[4] Suggerant.

[5] Si placent.

[6] Cf. RM 89 (el cual se supone ya escrito).

[7] Cf. Cesáreo de Arlés, Regla de los monjes 1.

[8] Firmare.

[9] Communis mensae vel vitae.

[10] Talibus.

[11] Dumtaxat.