Inicio » Content » TEXTOS PARA LA VIDA MONÁSTICA CRISTIANA (71)

3. Reglas monásticas latinas anteriores a la Regla de san Benito

IX. La Regla del Maestro (continuación)

Capítulo 82: Pregunta de los discípulos: En el monasterio los hermanos no deben tener nada propio. El Señor responde por el maestro:

1En la vida de este siglo tres (son) las cosas por las que todo hombre se preocupa, trabaja y se esfuerza. 2El peregrino en el camino, el soldado en la lucha, el emperador en el palacio, el labrador en el campo y el mercader en los negocios, 3todos se ven impulsados también a trabajar a fin de tener, durante la vida, con que vestirse, calzarse y alimentarse[1]. 4Pero aquellos a quienes el Señor les ha concedido el don de servirle, también les mostró que no debían preocuparse demasiado del siglo presente[2], 5porque todo es transitorio, y todas las cosas que vemos y utilizamos, son para que las usemos por pocos días, 7y pasan por el tiempo de nuestra vida de manera fugaz, 8y cuando la muerte del cuerpo apague en nosotros la luz de este mundo, cerrados los ojos a la vida, dejaremos al mundo todas las cosas que teníamos. 9La preocupación, por tanto, ha de ser siempre de aquellas cosas eternas, que después, una vez poseídas[3], nunca pasarán, 10sino que permanecen: los bienes de la vida eterna para los justos, o las penas de la gehena para los pecadores. 11Por tanto, a desear esos bienes y a temer aquellos males, a esos pensamientos elevados (debemos) dedicar siempre nuestro espíritu[4] en esta vida, como si ya nos viéramos convocados desde aquí abajo. 12También el Señor ordenó a sus servidores que ninguno de ellos se preocupase por las necesidades de esta vida, 13y amonestó a sus fieles a no pensar en el día de mañana, y a desear sólo su reino y su justicia (cf. Mt 6,33-34), 14diciendo en el santo Evangelio: “No piensen qué comerán o qué beberán o cómo se vestirán” (Mt 6,25), 15), sino “busquen el reino y la justicia de Dios, y todo eso se les dará por añadidura[5]” (Mt 6,33).

16Por tanto, cuando el Señor nos prepara todas esas cosas necesarias, y sólo el abad, con Dios, se encarga de procurarnos todo, 17¿por qué causa el discípulo se atreverá a hacer, tener o reivindicar algo a título personal[6]? 18De ahí que quede prohibido en el monasterio que alguien tenga algo como propio, porque “nadie que sirve a Dios debe implicarse en negocios seculares, si quiere agradar a aquel a quien sirve” (2 Tm 2,4); 19para que sometiéndose con todas sus cosas a la potestad de otro, no haya cosa alguna sobre la que pueda afirmar su voluntad propia[7], que es enemiga de la voluntad de Dios. 20Puesto que Ananías y Safira no merecieron gozar de la confianza de los apóstoles por causa de su peculiar fraude, 21(y) cuando pusieron todos sus cosas ante los pies de los apóstoles, fueron juzgados (y) condenados a una muerte súbita por la sustracción fraudulenta de sus posesiones particulares (cf. Hch 5,1-11), 22porque no se puede hacer un fraude a Dios, cuando “no hay nada oculto que no deba ser revelado por él (Mt 10,26)”. 23Por tanto, si el abad se ocupa[8] para cada hermano del alimento para la mesa, del vestido para el cuerpo y del calzado para los pies, 24¿qué necesidad tiene de poseer cualquier cosa en propiedad: un objeto, oro, monedas u otra cosa necesaria, 25cuando Dios provee, por el monasterio, de todo lo que podría él comprar o poseer?

26Por tanto, cuando se descubra que alguien tenga algo como propio, le condenará el abad con una excomunión grave y prolongada[9], 27para que su castigo (sirva) de ejemplo (y) nadie se atreva a imitarlo en eso. 28Pero para que esto no suceda, los prepósitos escrutarán con frecuencia a todos los suyos, 29y si vieren que un hermano se deleita y se complace mucho en alguna cosa, 30se la quitarán y se la darán a otro y lo del otro, a él, y esto, cualquier cosa que sea, 31para que no se afirme en él la voluntad propia.

 


[1] Lit.: con qué vivir (et vivant).

[2] Cf. Mt 6,34.

[3] Cum venerint.

[4] Mentem.

[5] Et haec omnia adponentur vobis.

[6] Peculiariter.

[7] Lit.: “que se levante su voluntad propia” (eius voluntas extollatur).

[8] Cogitaverit.

[9] Grandi et diuturna.