Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos N° 14

Editorial

Presentación

Cuadernos Monásticos desea contribuir, con este número, a la renovación de un elemento muy importante en la vida religiosa: los votos. Se constata cada día con mayor claridad que, dentro de la vida religiosa, se está llevando a cabo un proceso de renovación, que culminará en una nueva imagen de la misma. Dentro de ese proceso quizá nos encontremos en el momento de la “crisis”, momento en el cual nos toca revisar con lealtad y sinceridad, a la luz del Evangelio, del Concilio y de los signos de los tiempos, los cuadros o esquemas, que modelaron nuestra vida religiosa actual.

En la misma existen algunos elementos, que casi “a priori” consideramos esenciales y básicos y que por consiguiente quisiéramos mantener fuera de discusión. Sin embargo, si bien es cierto que los que ya hemos optado definitivamente por la vida religiosa podríamos aceptar esta decisión, muchos jóvenes, que se presentan ahora, cuestionan incluso esos elementos considerados fuera de discusión por nosotros. Entre esos elementos es posible enumerar a los mismos votos.

Las dificultades frente a los votos provienen principalmente de un factor que determina nuestra vida actual: el proceso de cambio en que vivimos y el proceso de personalización.

En un mundo que cambia constantemente y que corre vertiginosamente hacia algo nuevo y distinto, es lógico que una vida religiosa con una imagen estática e inmóvil no sea considerada como un factor positivo dentro de la misma vida de la Iglesia y de la humanidad. Ahora bien, ¿no serán los votos, en cuanto “vínculos firmes y estables”, los que dan esa imagen estática a la vida religiosa? Por otra parte, no es de extrañar que a un joven que vive en un mundo siempre cambiante, le resulte difícil tomar una decisión que lo comprometa para toda la vida.

El cambio trae cierta inestabilidad. Y en un tiempo de cambio y de inestabilidad muchos creen más oportuno hacer experiencias temporales, que “atarse” con vínculos estables.

Para responder a estas dificultades sobre los votos, deberíamos insistir no en el concepto de “vínculo”, que parece coartar la libertad y la espontaneidad, cuanto en la idea o en el tema de “compromiso personal” frente a otra persona. Al considerar los votos como compromisos personales con Cristo, que nos invita a encarnar su obra salvadora por la profesión de los consejos evangelices, desaparece el peligro, al menos a nivel de concepción, de dar a la vida religiosa una imagen de algo estático y frío.

La importancia de los votos queda así abierta en su verdadera y profunda dimensión personalista de compromiso con Cristo. La misma perpetuidad, que va incluida en los votos, se funda en el amor, que ha movido al cristiano, al monje, a ese compromiso. El amor, si es verdadero, debe ser perpetuo. No se ama de veras por un solo día o por un año.

Una auténtica renovación de la vida religiosa nos llevará a un redescubrimiento del valor de los votos y de la profesión religiosa, que debe conducir al hombre no solo a un perfeccionamiento de la persona humana, sino también a una plenitud espiritual en Cristo, que sea participación activa en la actualización del plan de salvación y signo de la presencia salvadora de Dios en el mundo.

Eduardo Ghiotto, osb

Abadía del “Niño Dios”

Victoria - Entre Ríos. Argentina

SUMARIO

Editorial

Palabras de Paulo VI

Artículo

Documentos finales de Medellín

Artículo

Teología de la vida monástica

Artículo

Formación para la Comunidad

Artículo

Palabras de Paulo VI

Artículo

Los consejos evangélicos y el compromiso en el Reino

Artículo

Versión criolla de los Salmos

Artículo

El voto monástico de estabilidad

Artículo

Versión criolla de los Salmos

Artículo

El voto de conversión de costumbres

Artículo