Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 151

Editorial

Este último número del año pone de relieve el aporte femenino a la espiritualidad cristiana, a lo largo de los siglos. Nos ponemos así en sintonía con la Iglesia de nuestro tiempo, que no pierde ocasión de señalar la dignidad de la mujer y de clarificar la cuestión femenina, como efectivamente lo ha hecho en un reciente documento[1] en el que valora la colaboración activa del hombre y la mujer, en el simple y claro reconocimiento de las propias diferencias.

La primera contribución saca del olvido a las Madres del desierto, las antiguas ammas, cuya espiritualidad, sabiamente realista y experiencial, ilumina el aspecto de lucha y discernimiento que implica el crecimiento y la maduración de la persona en todas las dimensiones de su ser.

Siguen tres artículos dedicados a mostrar la figura de Hildegarda de Bingen, una gran mujer cuya obra lleva el sello del modo femenino de pensar y de ser. Ellos van delineando, cada uno desde un ángulo diferente, la imagen rica e inagotable de la abadesa de Rupertsberg. Como cristales de colores diversos, las distintas perspectivas se armonizan y se unen hasta dibujar, como en la vidriera de una catedral, la imagen entera.

El primero de ellos nos muestra en apretada y colorida síntesis el contexto en el que transcurrieron los días de la santa, que tanto debe a la vitalidad y el dinamismo de aquel siglo XII, testigo de su vida fecunda.

El segundo se interroga sobre la formación monástica. Vemos a Hildegarda, niña de ocho años, en el umbral de aquella ermita construida junto al monasterio benedictino de Disibodenberg, dispuesta a iniciar el camino de la vida monástica bajo la guía de su maestra Jutta. El artículo describe los aspectos esenciales de la formación monástica y su incidencia en esta niña y mujer excepcional, cuya polifacética imagen se va configurando con nitidez creciente.

El tercero es una aproximación a la concepción hildegardiana de la belleza –y en especial su dimensión musical– y del poder que tiene para conmover y transformar el corazón humano, orientándolo hacia aquello para lo que fue creado: la alabanza.

En el marco del Adviento y la Navidad, tiempo de comenzar denuevo, el último artículo propone al hombre de hoy, sediento de sanación y salvación, algunos elementos sanadores del camino espiritual cristiano, haciendo referencia a la sabiduría de Hildegarda de Bingen en el arte de transformar en perlas las propias heridas.

En la sección Fuentes presentamos la traducción de la primera de las visiones que Hildegarda describe en el Liber divinorum operum, obra en la que ella expone su teoría cosmológica –la conexión entre el macrocosmos y el microcosmos– en el contexto de la historia de la salvación, con el lenguaje vívido y luminoso propio de la imagen hildegardiana.

Si bien la personalidad y la obra de Hildegarda de Bingen está suscitando últimamente mucho interés –es objeto de múltiples estudios, conferencias, congresos y jornadas de intercambio y difusión–, el material en lengua castellana sobre el tema es escaso. Por eso nos complace acercar al lector este conjunto, que abre el camino a otras posibles aproximaciones a la figura de esta lúcida santa benedictina.

Liliana Solhaune, osb



[1] CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Carta a los obispos sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo (31 de mayo de 2004).

 

SUMARIO

Editorial

La sabiduría espiritual en las Madres del desierto (siglos III – VI)

 Debemos reconocer el valor de nuestra lucha interna mientras buscamos ser las personas que Dios quiere que seamos, porque ella es, no sólo señal de que tenemos vida espiritual, sino de que su conflictividad nos permite diferenciar los términos contrarios y así, no sólo salir de la confusión, sino seguir a un Cristo presente y no a un Dios ausente.

Artículo

El siglo XII como contexto

… Su vida transcurrió, por tanto, a lo largo de casi todo el siglo XII, un siglo de gran vitalidad, colorido y bullicioso, místico y guerrero, estudioso y poético. Recorrámoslo con paso rápido y breve mirada, para encontrar en él a quien fuera conocida como la Sibila del Rhin.

Artículo

Hildegarda

Veamos en qué consiste esta vida monástica en la que creció santa Hildegarda y que debemos conocer si queremos entender tanto su experiencia de Dios como sus escritos, su música y su espiritualidad contenida simbólicamente en las viñetas de sus libros.

 

Artículo

La estética como vinculación entre la práctica espiritual y el cultivo de la virtud en la teología de la música de Hildegarda de Bingen

Hildegarda nos ofrece perspectivas de una espiritualidad encarnada que verdaderamente refleja lo sensible y lo espiritual unificados en la creación de una forma de vida que nos conduce hacia nuestro “telos” de alabanza a Dios.

Artículo

El camino espiritual como camino saludable

 Rezar supone y exige correr el riesgo de exponer ante Dios la propia existencia. Es imposible que yo pueda rezarle a Dios sin encontrarme con mi propia realidad. Al orar debo afrontar y enfrentar mis propias sombras, mi bronca reprimida, mis desilusiones, las heridas que la vida ha ido provocando en mí, mis miedos e insatisfacciones, mi tristeza y soledad. Orar significa exponerme desde la verdad ante Dios.

Artículo

“Liber divinorum operum”

“Yo, la vida ígnea del ser divino, Me enciendo sobre la belleza de los campos, resplandezco en las aguas y ardo en el sol, la luna y las estrellas; y con un soplo de aire, al modo de una invisible vida que sustenta al conjunto, despierto todas las cosas a la vida”.

Fuente

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