Inicio » Node » Cuadernos Monásticos Nº 114

Editorial

Anunciación

Icono macedónico. Siglo XIV

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea que se llamaba Nazaret, a una virgen prometida a un hombre de la estirpe de David, de nombre José; la virgen se llamaba María (Lc 1,26-27).

“¿Qué pretendía el evangelista al enumerar aquí tan concretamente hasta los detalles de los nombres propios? En mi opinión, evitar que escucháramos sin la debida atención lo que él quiso narrar con tanto énfasis. Efectivamente, menciona al mensajero a quien se envía, al Señor por quien es enviado, a la Virgen a quien se le envía e incluso al esposo de la Virgen, registrando también la estirpe, el pueblo y la región de ambos. Aquí subyace una intencionalidad. ¿O crees que todos estos pormenores son superfluos? De ninguna manera. Ni una hoja se desprende casualmente del árbol ni un solo pajarillo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Tampoco puedo pensar que saliera de la boca del evangelista una sola palabra injustificada, sobre todo tratándose nada menos que de la sagrada historia del Verbo. No lo creo. Todas las palabras van cargadas de sublimes misterios y cada una destila su celestial dulzura para quien la desmenuza atentamente, sabiendo sacar miel de las piedras y aceite de la durísima roca del pedernal.

“Ese día precisamente los montes manaron licor, los collados se deshicieron en leche y miel; los cielos destilaron al Justo, se abrió la tierra y gozosa hizo brotar al Salvador. Ese día nos dio la lluvia y nuestra tierra fue fecunda en su cosecha: y sobre el monte altísimo, monte fértil y pingüe, se encontraron la misericordia y la fidelidad, besándose la justicia y la paz.

“Y en aquel mismo tiempo, este santo evangelista, como si fuera un monte más encumbrado que los otros escritores, nos narró con su meliflua palabra el comienzo de nuestra salvación, tan anhelada por todos. Bajo el soplo del Espíritu, a la luz del sol de la justicia ya presente, exhalaron sus palabras un aroma espiritual. ¡Ojalá Dios nos envíe también ahora su palabra y ablande con ella nuestro corazón! Que sople con fuerza su espíritu y nos haga inteligibles sus palabras: que sean para nosotros más preciosas que el oro fino, más dulces que la miel de un panal que destila” (San Bernardo, Sermones “en alabanza de la Virgen Madre”, homilía I,1).

 

EDITORIAL

El presente número quiere entregar a nuestros lectores una aproximación, por así decirlo, a dos temas de actualidad: los laicos y la mujer.

José Manuel Eguiguren Guzmán es un laico casado, padre de cinco niños, poseedor de una notable experiencia humana y cristiana, que en su relación nos relató la historia del Movimiento Apostólico Manquehue por él fundado en Chile. Explicó la situación actual de la obra por él iniciada y recordó las características fundamentales que debe reunir un verdadero movimiento eclesial. También explicó que fue el Cardenal Eduardo Pironio quien les señaló el camino a seguir: profundamente laicos, eclesiales, benedictinos. Por ello publicamos, al final de la conferencia de D. José Manuel, una carta que le dirigiera el Cardenal Pironio en octubre de 1993.

En su disertación D. Eguiguren insistió en que muchos valores del monasterio son aptos para la transformación de las relaciones de convivencia de toda la sociedad humana; por ejemplo, la importancia de la “comunión de generaciones”, que aparece tan claramente expresada en la RB.

La ponencia del P. Bettencourt fue calificada por su relator como una presentación de orden más especulativo que experiencial sobre el tema que trató.

En primer lugar desarrolló las líneas teológicas fundamentales, partiendo del hecho único, inédito, del Encuentro interreligioso de Asís (27.10.1986). Subrayó después la unidad fundamental del género humano: a semejanza de Dios, “concebidos” y redimidos por Cristo, llamados al mismo término final.

Mostró a continuación las características de la situación religiosa que vivimos actualmente: los nuevos movimientos religiosos y las causas del fenómeno “neo-religioso”, para pasar luego a tratar las actitudes concretas que podemos ofrecer, en el plano práctico, a esta inquietud religiosa del hombre actual. El P. Bettencourt subrayó cuatro:

- testimonio de vida coherente

- cultivo de la oración y los valores místicos

- diálogo religioso

- acogida fraterna.

Concluyó destacando la importancia del testimonio de vida coherente y la importancia del “cor ad cor loquitur” (Cardenal John Newman): la puerta de entrada para el trato con los hermanos no católicos es el corazón, no el intelecto.

La Hna. Patricia Henry no pudo asistir al VIIº EMLA; su conferencia fue leída por la Hna. María Guadalupe Cárdenas. Esta relación comenzó colocando el tema bajo la luz del “Documento final de Santo Domingo”, para pasar inmediatamente al aporte “de la vuelta a las fuentes de la vida monástica en relación a las mujeres”. Argumento desarrollado en varios subtemas: el período patrístico, la vida cenobítica en sus primeras expresiones (siglos VI/VII en adelante), los siglos XII y XIII, el rostro femenino de Dios, la producción artística y artesanal (muy breve), la clausura, las lecciones recogidas en las fuentes (un resumen de toda la sección).

El aporte de la Hna. Patricia fue importante en cuanto abrió la puerta hacia algunas líneas de acción concretas: considerar los aportes de los movimientos feministas, los “estereotipos” de la mujer, la lectio divina -escucha, diálogo, respuesta-, la liturgia -lenguaje y símbolos-, la formación monástica, la hospitalidad.

Todas estas ponencias tienen un punto en común: la actualidad de la RB a la hora de iluminar, e iluminarnos, cuestiones importantes y complejas como son el papel del laico y de la mujer en la Iglesia y en nuestros Monasterios.

El Hno. Raúl, del Monasterio Trapense de Miraflores (Chile) nos regala el texto de una homilía pronunciada por él en honor de S. Bernardo. Una síntesis estupenda para entusiasmar a un mejor y más profundo conocimiento de la vida y obra del santo cisterciense.

El P. Desprez, osb, tuvo la deferencia de enviarnos una conferencia inédita, que hemos colocado en la sección “Fuentes”, pues se trata de una estupenda introducción a la lectura de los escritos de los monjes lerinenses. Cuadernos Monásticos ya ha publicado varias obras compuestas por los monjes de Lérins, a las cuales se agrega ahora la traducción, realizada por el P. Fernando Rivas, osb, de los Monita del abad Porcario (fines del siglo V).

Al presentar este tercer número de Cuadernos Monásticos, en el marco de la celebración de treinta años de vida, me venía a la memoria, una y otra vez, un pasaje de Orígenes, gran intérprete de la Sagrada Escritura, en el que nos interpela para que no cesemos de aplicarnos, de esforzarnos, de buscar a Dios en su palabra:

 “Aplícate principalmente a la lectura de las Divinas Escrituras: aplícate bien a eso. Porque tenemos necesidad de mucha aplicación cuando leemos los libros divinos, por miedo de pronunciar alguna palabra o de tener algún pensamiento demasiado temerario en relación a ellos. Aplicándote a leerlos con la intención de creer y agradar a Dios, golpea en tu lectura a la puerta de lo que está cerrado y Él te abrirá, el portero del que Jesús dijo: El portero a este le abre (Jn 10,3). Aplicándote a esta lectura divina, busca con rectitud y con una confianza inquebrantable en Dios la inteligencia de las Divinas Escrituras escondida a muchos. No te contentes con golpear y buscar, pues es absolutamente necesario orar para alcanzar la inteligencia de las cosas divinas. Para exhortarnos a eso el Salvador no ha dicho solamente: Golpeen y se les abrirá, y busquen y encontrarán, sino también pidan y se les dará (Mt 7,7; Lc 11,9)”[1].

 


[1] Orígenes (+ hacia el 253), Carta a Gregorio 4(3); traducción de J. R. Seibold en Stromata 46 (1990), p. 15.

 

SUMARIO

Editorial

La vida monástica y los laicos de los Movimientos de Iglesia

En esta conferencia del “VIIº Encuentro Monástico Latinoamericano” se resaltan tres aspectos centrales de la RB para los laicos: la lectio divina, la liturgia y la comunidad.

Artículo

La vida monástica y los laicos de los Movimientos "espiritualistas" (orientales, esotéricos y fundamentalistas)

Algunas pautas para el comportamiento con esos grupos “espiritualistas” que con frecuencia se acercan a los Monasterios.

Artículo

La vida monástica y la misión de la mujer consagrada

Presentación de la situación de la vida monástica y la mujer consagrada en el aquí y el ahora, buscando indicar algunas líneas de acción.

Artículo

Semblanza de nuestro padre San Bernardo

“Hombre por naturaleza; monje, por penitencia; abad por obediencia; hombre cristiano, por gracia”.

Artículo

El monacato lerinense desde Honorato a Cesáreo de Arlés (400-543). Lectura de algunos textos

“Una exposición de iniciación tratando de presentar las principales personalidades lerinenses”; ofreciendo asimismo las líneas salientes de la espiritualidad contenida en las homilías a los monjes de Fausto de Riez.

Fuente

Notas bibliográficas. Nuestras publicaciones

Libro

Recensiones - Libros recibidos

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