Inicio » Content » APÉNDICE VIII: LOS AMIGOS DE DIOS

Anónimo, escudo pectoral de monja concepcionista con el tema de la Coronación de la Virgen con san Felipe Neri, san Francisco de Asís y santa Gertrudis Magna, convento de La Concepción o convento de La Trinidad, Puebla, óleo sobre lámina de cobre, 8,5 cms. de diámetro, hacia 1800-1830, colección: Peyton Wright Gallery, catalogación: Juan Carlos Cancino.

 

por Pierre DOYÈRE, OSB †[1]

La historia de la espiritualidad medieval[2] conoce bajo el apelativo de “amigos de Dios”,  un movimiento místico que se expandió en el siglo XIV en Alemania, y particularmente en los países Renanos, dando nacimiento a grupos piadosos de cristianos eclesiásticos, religiosos, laicos, hombres y mujeres, deseosos de una vida interior más profunda, grupos frecuentemente animados por una personalidad más señalada: Eckart, Taulero, Suso, Enrique de Nördlingen, etc. Algunos revistieron a veces la forma de sociedades secretas. Hacia fines del siglo XIV ciertos grupos habrían disimulado, bajo esta designación, tendencias heréticas y un falso profetismo de sectas reformistas.

Si bien la aparición de agrupamientos netamente organizados no se puede datar más que en el siglo XIV, el movimiento místico mismo se delinea ya desde el siglo XII y los “amigos de Dios” son todas las almas deseosas de una mayor perfección, que se distinguirán, de ese modo, de un ambiente en decadencia espiritual o también solo más tibio. En el siglo XIII este movimiento le debe mucho a los claustros cistercienses y a las beguinas. Matilde de Magdeburgo emplea en diversos pasajes la expresión: “amigos elegidos de Dios” (auserwählter Gottesfreund). Las monjas de Helfta conocían la expresión y la frase “specialis Dei amicus”[3] (amigo especial de Dios), que cierra el libro III del Heraldo, podría ser su traducción directa. Hay otras huellas, especialmente en el Libro II, escrito por santa Gerturdis misma. Por “amigos de Dios”, ella designa, no solamente sin duda aquellas de sus hermanas entregadas más especialmente con ella a la vida mística, sino también ciertas personas devotas del exterior, que tenían relaciones espirituales con estas monjas piadosas. En sus oraciones al Señor son significativas fórmulas tales como “cor amici tui” (L II 5,5; 23,4)[4], “aliis dingnioribus amicis tuis” (L II 20,2)[5], “inter devotissimos amicos tuos” (L II 23,1)[6]. Confrontar también en el Libro III, los capítulos 70 y 74.

 


[1] Dom Pierre Doyère, OSB, monje de San Pablo de Wisques, fue el impulsor de la revisión y fijación del texto latino de las obras completas de santa Gertrudis y su principal traductor al francés. Murió el 18 de marzo de 1966, durante la preparación de la edición crítica de los libros I a III del Legatus Divinae Pietatis; dos discípulos suyos continuaron la tarea y la obra fue publicada en 1968 por Sources chrétiennes (Gertrude D’Helfta, Œuvres Spirituelles II, L’Héraut [Livres I-II] SCh N° 139 y Œuvres Spirituelles III, L’Héraut [Livre III] SCh N° 143 – Paris, Les Éditions du Cerf, 1968). La fijación del texto de los libros IV y V del Legatus es obra de Jean-Marie Clément, monje benedictino de Steenbrugge, y la traducción al francés, de las monjas de Wisques.

[2] Concluimos aquí la publicación de 8 estudios particulares de Dom Pierre Doyére sobre puntos específicos de la doctrina del Heraldo del Amor Divino, consignados como Apéndices al tomo III de la edición. Cfr. Gertrude D’Helfta, Œuvres Spirituelles III, L’Héraut (Livre III,) Sources Chrétiennes N° 143 – Paris, Les Éditions du Cerf, 1968, pp. 349-368. Tradujo la Hna. Ana Laura Forastieri, ocso, del Monasterio de la Madre de Cristo, Hinojo, Argentina.

[3] N. de T.: el Libro III del Heraldo concluye con esta frase: Pondus verbi istius magnopere perpendat quilibet religiosus qui specialis Dei desidera esse amicus: “considere atentamente el peso de estas palabras todo religioso que desee llegar a ser amigo especial de Dios” (L III, 89).  

[4] N. de T.: el corazón de tu amigo.

[5] N. de T.: a otros amigos tuyos más dignos (que yo).

[6] N. de T.: entre tus devotísimos amigos.