El Bautismo de Cristo
Siglo XII
Cappella Palatina
Palermo, Italia
«Hoy estamos de fiesta, el coro de los santos se une a nuestra asamblea y los ángeles participan en nuestra celebración. Hoy la gracia del Espíritu Santo desciende sobre las aguas en forma de paloma. Hoy se eleva el sol que no tiene ocaso y el mundo es iluminado por la luz del Señor... Hoy las nubes derraman el rocío de justicia. Hoy el Increado se hace imponer la mano por su propia creatura. Hoy el profeta y precursor viene delante de su Maestro, pero, temblando, se coloca detrás suyo, al ver la condescendencia de Dios para con nosotros. Hoy las aguas del Jordán son transformadas en medicina por la presencia del Señor. Hoy toda la creación es bañada con aguas místicas. Hoy los pecados de los hombres son borrados en las aguas del Jordán. Hoy el Paraíso se abre ante la humanidad, y el Sol de justicia brilla sobre nosotros. Hoy el agua amarga de Moisés es cambiada para el pueblo en agua dulce por la venida del Señor.
El Jordán se volvió atrás al ver al Invisible hecho visible, al Creador hecho carne, al Maestro asumiendo la forma de esclavo. El Jordán se volvió atrás y las montañas temblaron al ver al Dios encarnado. Las nubes dejaron escuchar su voz proclamando la admiración que les producía la aparición, entre los hombres, de la Luz de Luz. Es la fiesta del Señor la que hoy contemplamos en el Jordán; y vemos al Señor arrojar al Jordán la muerte que la desobediencia nos valió, el aguijón del error, las cadenas del infierno, regalando al mundo el bautismo salvador»[1].
[1] Sofronio de Jerusalén, Oración en la Teofanía de nuestro Señor; tomada de: La prière des Églises de rite byzantin, Chevetogne, Eds. de Chevetogne, 1953, II,1, pp. 280-281. Sofronio nació en Damasco hacia el 550 y murió en Jerusalén el 11 de marzo de 638 (un año después de la toma de Jerusalén por el califa Ornar). Probablemente fue primero maestro de retórica. Se hizo monje en el monasterio de San Teodosio junto a Jerusalén. En compañía de su maestro Juan Mosco se dirigió a Egipto. Después de nuevas peregrinaciones se embarcaron el 615 para Italia. Juan Mosco murió en Roma el 619 (o quizás el 634); Sofronio se llevó sus restos al monasterio de San Teodosio. El año 633 vemos a Sofronio comprometido en la lucha contra los monotelitas en Egipto y en África, y poco después en Constantinopla. Su elección como patriarca de Jerusalén se produjo en el año 634. Entre sus obras hay escritos hagiográficos, 11 homilías, 23 odas, compuestas para fiestas religiosas.