Dr. Victor Josef Dammertz, OSB
Obispo emérito de Augsburgo
Referencia: Apoyo al pedido para designar a santa Gertrudis de Helfta como doctora de la Iglesia[1]
Santo Padre:
Me llena de inmensa alegría la noticia que se están haciendo esfuerzos con la finalidad de lograr designar como Doctora de la Iglesia a santa Gertrudis de Helfta (aprox. 1256-1302). Apoyo este pedido de todo corazón y con absoluto convencimiento.
Gertrudis fue confiada, para su educación, a los cinco años, a las monjas cistercienses de la abadía cisterciense de Helfta, y más tarde fue recibida como monja en dicha comunidad. En el siglo XIII vivía en dicho monasterio un grupo de monjas de gran cultura y profunda espiritualidad, que cimentaron la fama del monasterio, como un centro de la mística cristiana. Entre esas monjas prontamente se destacó Gertrudis, que en corto tiempo recibió el título de ‘Grande’. Goza de la fama de ser la más grande de entre las místicas alemanas.
A la edad de 25 años tuvo su primera visión de Cristo. Si hasta ese momento, en sus estudios, se había ocupado, preponderantemente de las bellas artes y de las artes liberales (ars liberales), a partir de entonces concentró su atención en la Sagrada Escritura, los santos Padres y la liturgia. Ordinariamente tenía las visiones en concomitancia con la liturgia. Durante largo tiempo guardo sus experiencias místicas para sí, se resistía a ponerlas por escrito. Se hizo necesario “un fuerte y santo impulso del Espíritu Santo” para que el jueves santo del año 1289 empezará a apuntarlas, parte en latín y parte en alemán.
Entre sus escritos se destacan sus Exercitia Spiritualia, y muy especialmente los cinco libros del Legatus Divinæ Pietatis. En ellos describe sus encuentros con Cristo en el estilo de una sólida y densa mística nupcial. Es notable su profunda veneración del Corazón de Jesús. De hecho pueden entresacarse de sus escritos prácticamente todas las invocaciones que con posterioridad entrarían a formar parte de las letanías al Sagrado Corazón. Sus escritos dan testimonio, igualmente, de su profunda devoción al Santísimo Sacramento del Altar.
Gertrudis estuvo gravemente enferma en muchas ocasiones. Soportó sus sufrimientos en íntima comunión con Cristo y legó palabras llenas de consuelo en el Legatus, para todos cuantos deben llevar la cruz del sufrimiento.
Por otra parte el monasterio de Helfta fue secularizado, como consecuencia de la Reforma, en el año 1542, siendo confiscado por el estado. Los edificios fueron descuidados y terminaron convirtiéndose en ruinas. Recién después del colapso de la comunista República Democrática Alemana, la diócesis de Magdeburgo pudo volver a adquirir la propiedad en el año 1994. Un grupo de monjas cistercienses ha dado nueva vida al monasterio, resucitándolo de entre las ruinas y llevándolo a nuevo florecimiento.
Hoy día el monasterio es un importante centro de espiritualidad en la diócesis de Magdeburgo en medio de un ambiente tenido prevalentemente por ateo. Año a año, multitud de personas acuden a Helfta para profundizar su fe, rezar con las monjas y buscar en la quietud y el silencio un encuentro con Cristo.
Actualmente Helfta forma parte de la ciudad de Eisleben, población en la que nació Martín Lutero. Cuando hace algunos años visité la ciudad, su burgomaestre me aseguró que en la actualidad el monasterio atrae más visitantes que la casa en la que naciera Martín Lutero. El monasterio es un importante punto de apoyo del movimiento ecuménico. Son muchos los cristianos evangélicos que se acercan a él.
Santo Padre, estoy seguro que la atenta lectura de los escritos de santa Gertrudis, en especial del Legatus Divinæ Pietatis contribuirá grandemente a la nueva evangelización. Por ello apoyo total y absolutamente el pedido de que santa Gertrudis, la Grande, sea designada Doctora de la Iglesia.
Diessen a orillas del lago Ammersee, el 5 de junio de 2013, fiesta de san Bonifacio.
Victor. J. Dammertz
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