Anónimo (atribuido a José de Páez), escudo pectoral de monja concepcionista con el tema de la Virgen del Apocalipsis, coronada por la Trinidad, con san Francisco como atlante, santa Ana, san Joaquín, santa Inés de Montepulciano, santa Gertrudis Magna, san Juan Nepomuceno, san Ignacio de Loyola, san José y san Antonio con el Niño, convento novohispano no identificado, óleo sobre lámina de cobre, armazón de carey, sin medidas, hacia 1750-1780, colección particular, catalogación: Juan Carlos Cancino.
por Pierre DOYÈRE, OSB †[1]
4. Criterios seguidos en la edición crítica de Sources chrétiennes (continuación)
4. Divisiones: En los manuscritos[2], cada libro está dividido en capítulos, con títulos que tratan más o menos felizmente de resumir su contenido. No solamente los manuscritos presentan entre ellos divergencias de detalle, sino que, en un mismo manuscrito, no hay acuerdo absoluto entre la numeración, que es frecuentemente omitida por K, el libelo que se encuentra en el texto y la tabla de capitula (índice de capítulos).
La división en capítulos es cómoda para las referencias. Todos los editores la han conservado y la presente edición (Sources chrétiennes, 1968) se conforma a ella como sigue:
En el libro I se cuentan diecisiete capítulos en B K W p, dieciséis en T Z, por contracción de 3 y 4, diecinueve en l por desdoblamiento de 1 y de 16. La presente edición sigue la numeración de B, o sea diecisiete capítulos y los libelos tal como ellos figuran en el texto.
En el Libro II se cuentan veinticuatro capítulos en B K W l p, veintiuno en T por contracción de 10 y 11, 12 y 13, 21 y 22; veintitrés en Z por contracción de 21 y 22. La presente edición sigue la numeración de B, o sea veinticuatro capítulos y los libelos tal como ellos figuran en el texto.
En el libro III se cuentan ochenta y nueve capítulos en W, noventa en B, por desdoblamiento del capítulo 16, noventa en K, l y p, por desdoblamiento de 65, ochenta y nueve en Z, pero, como la cifra 56 ha sido utilizada dos veces, el último capítulo toma el número 88; noventa y uno en T, por desdoblamiento de 65 y por inserción, bajo un número propio, de un doble: In die Exaltationis (En el día de la Exaltación), perteneciente al libro IV (cfr. tomo III nota 1, en la frase preliminar de la segunda parte). La presente edición sigue la numeración de W y el libelo de B. Esta solución pareció la mejor; permanece fiel a B, si bien eliminando su variante solitaria de un desdoblamiento de 16.
Para las tablas de capítula del texto latino de la presente edición, no se reproduce la tabla del manuscrito y se desatiende a las variantes. Ésta se ha establecido a partir de la división adoptada según las indicaciones precedentes.
En la traducción, si bien conservando discretamente los números de los capítulos, se hizo el esfuerzo de adoptar una división lógicamente más satisfactoria, y haciendo aparecer mejor la estructura de cada libro cada uno de ellos, en efecto requiere un tratamiento especial.
El libro I es como una Prima Vita Gertrudis (Primera vida de Gertrudis), cuidadosamente compuesta, que tiene por finalidad, como era de uso en los hagiógrafos medievales, no tanto escribir el relato histórico de los hechos, sino dar prueba de la santidad del personaje, es decir testimonial el origen sobrenatural y divino de sus inspiraciones y el poder de su oración. El título aquí adoptado: La santidad de Gertrudis, señala esta finalidad, y de las indicaciones dadas por el autor mismo en los esquemas lógicos de su desarrollo resulta un marco más preciso. En su género es una obra excelente.
Para el libro II, el título inspirado de Memoriale abundantiae divinae suavitatis se ha traducido ampliamente por Memorial Espiritual. Este libro parece haber sido escrito al curso de la pluma, sin esquema preciso de composición. Por eso, apenas resiste algo más que las divisiones que marcan las etapas de su redacción. Después de una breve introducción (capítulo I), una primera parte comprende los capítulos 2 a 5, habiendo quedado interrumpida la redacción en este sitio. Entonces comienza una segunda parte con el capítulo 6. Nos parece también que con el capítulo XX cambian el tono y el modo de composición y que se puede legítimamente distinguir una tercera parte (capítulos 20-23); y el capítulo 24 tiene valor de epílogo.
En cuanto al libro III, el problema es más complejo. Junto a los manuscritos B, W, Z, se hace un corte después del capítulo 65. Hay entonces un primer conjunto de Confidencias (1-65); la segunda parte, desde el capítulo 66 hasta el final, tiene el carácter de una nueva serie, donde las “revelaciones” interesan sobre todo a otras almas. Ni una ni otra parte, se presentan siguiendo una composición bien ordenada. El primer editor, Lanspergius, señalaba ya que era difícil distinguir las divisiones lógicas, y señalaba solamente algunos grandes temas recurrentes que atravesaban a lo largo todo la obra. Frecuentemente el mismo tema es objeto de varias confidencias esparcidas en el libro; a veces incluso al modo de simples duplicados. Se estaría entonces tentado de limitarse a señalar estos temas a medida que aparecen, como lo hacen las nota (notas) de las ediciones latinas. Sin embargo la compiladora ha delineado claramente algunas agrupaciones de temas. Por ejemplo, el largo capítulo 18 reúne las experiencias y revelaciones en relación con la asistencia a la misa y la comunión. Se puede también discernir en el capítulo 30 un “ejercicio” sobre los textos litúrgicos del Adviento; desde el 39 al 45, los ejercicios sobre la Pasión y el Crucifijo, etc. La presente edición se esfuerza en señalar estos eventuales agrupamientos y adopta así una suerte de compromiso entre la titulación de los capítulos latinos y los shcoliae (escolios, comentarios) de escriba.
La segunda parte, cuyas confidencias sucesivas se dirigen a ciertas personas por las cuales santa Gertrudis reza, no sigue un orden lógico. Basta sin duda señalar, para cada fragmento, la eventual particularidad del caso.
Para la traducción de los libros IV y V la división por capítulos del texto latino parece a primera vista retomar sus derechos; pero nos reservamos tratar más explícitamente la cuestión en ocasión de la edición de estos libros.
5. Referencias: Bajo el texto latino., además del aparato crítico, la presente edición multiplica las referencias escriturísticas, patrísticas y litúrgicas. No ha sido siempre fácil determinar si valía la pena retener (en cada caso) estas reminiscencias y alusiones, sobre todo para las simples asociaciones de palabras, aunque ellas pudieran ser intencionales y buscar sugerir una similitud de situaciones o sentimientos. Las monjas de Wisques se han aplicado con cuidado a esta investigación, que de otra manera no habría sido posible. Los resultados han sido fructuosos, sin que sea osado afirmar que no hay nada más que agregar (a su tarea).
6. Notas explicativas: las que se han juzgado necesarias, han sido ubicados bajo el texto francés. Otras son remisiones al apéndice, ya sea en razón de su extensión como por su carácter de excursus más general. En estos excursus el tema no ha sido tratado a fondo, sino implemente en la medida en que convenía para aclarar un pasaje gertrudiano.
7. Agradecimientos: Séanos excusado el ser demasiado breves al agradecer aquí a todos aquellos que han colaborado, directa o indirectamente a lograr esta edición: monjes y monjas de Wisques, monjes de otros diversos monasterios franceses y extranjeros, y, más allá del ambiente monástico, eruditos y bibliotecarios que acogieron con caridad tantas preguntas indiscretas. Esta colaboración les valdrá el favor de Gertrudis, que ella ha prometido a todos aquellos que, aún después de su muerte, trabajaran en la alabanza de las larguezas del amor divino hacia ella. La santa perdonará también, en razón de la recta intención, las imperfecciones de esta nueva edición y todo aquello en que la torpeza del traductor haya podido traicionarla.
Continuará
[1] Dom Pierre Doyère, OSB, monje de San Pablo de Wisques, fue el impulsor de la revisión y fijación del texto latino de las obras completas de santa Gertrudis y su principal traductor al francés. Murió el 18 de marzo de 1966, durante la preparación de la edición crítica de los libros I a III del Legatus Divinae Pietatis; dos discípulos suyos continuaron la tarea y la obra fue publicada en 1968 por Sources chrétiennes (Gertrude D’Helfta, Œuvres Spirituelles II, L’Héraut [Livres I-II] SCh N° 139 y Œuvres Spirituelles III, L’Héraut [Livre III] SCh N° 143 – Paris, Les Éditions du Cerf, 1968). La fijación del texto de los libros IV y V del Legatus es obra de Jean-Marie Clément, monje benedictino de Steenbrugge, y la traducción al francés, de las monjas de Wisques.
[2] Continuamos con la publicación de la Introducción de Pierre Doyère, a la edición crítica latín-francés del Heraldo del Amor Divino. Cfr. Gertrude D’Helfta, Œuvres Spirituelles II, L’Héraut (Livres I-II,) Sources chrétiennes N° 139 – Paris, Les Éditions du Cerf, 1968, «Introduction», pp. 9-91. Tradujo la Hna. Ana Laura Forastieri, ocso, del Monasterio de la Madre de Cristo, Hinojo, Argentina.