La Sangre de Cristo recogida en cálices por los ángeles
Después de 1472
Misal
Perugia, Italia
“... (Cristo) nos dio en su cuerpo y sangre un saludable alimento, y, a la vez, en dos palabras resolvió la cuestión de su integridad. Coman, por ende, quienes lo comen y beban los que lo beben; tengan hambre y sed; coman la vida, beban la vida. Comer esto es rehacerse; pero en tal modo te rehaces, que no se deshace aquello con que te rehaces. Y beber aquello, ¿qué cosa es sino vivir? Cómete la vida, bébete la vida; tú tendrás vida sin mengua de la Vida. Entonces será esto, es decir, el cuerpo y la sangre de Cristo será vida para cada uno, cuando lo que en este sacramento se toma visiblemente, el pan y el vino, que son signos, se coma espiritualmente, y espiritualmente se beba lo que significa. (...)
... Cree, y vienes; ama, y eres traído. No juzguen que se trata de una violencia gruñona y despreciable; es dulce, suave; es la misma suavidad lo que te trae. Cuando la oveja tiene hambre, ¿no se la trae mostrándole hierba? Y me parece que no se la empuja; se la sujeta con el deseo. Ven tú a Cristo así; no te fatigue la idea de un interminable camino. Creer es llegar. En efecto, a quien está en todas partes, no se va navegando, sino amando. No obstante lo cual, también en este viaje del amor hay frecuentes remolinos y borrascas de tentaciones múltiples; cree en el Crucificado para que tu fe pueda subirse al leño. No te sumergirás; el leño te llevará al puerto…”[1].
[1] San Agustín de Hipona, Sermón 131,1-2; trad. en: Obras completas de san Agustín, t. 23, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1983, pp. 156-158 (BAC 443). Agustín nació en Tagaste, África del norte, el año 354. Luego de un largo y, por momentos, penoso itinerario de búsqueda de la verdad, en la Vigilia Pascual del año 387 recibió el bautismo. En todo este proceso su madre, Mónica, tuvo una influencia determinante. El obispo y el pueblo de Hipona lo eligieron para el ministerio sacerdotal en el 391. En 395, el obispo Valerio lo eligió para su coadjutor, y a su muerte Agustín ocupó la sede episcopal. Murió el 28 de agosto de 430.