«Nuestro Señor Jesucristo es el Verbo de Dios que ha sido “engendrado antes del lucero de la mañana”. Él es el Creador, con el Padre, el autor del hombre, que era “todo en todo”: patriarca en los patriarcas, Ley en la Ley, príncipe de los sacerdotes en los sacerdotes, jefe en los reyes, profeta en los profetas, príncipe de los ángeles en los ángeles, Verbo en la palabra, Espíritu en los espíritus, Hijo en el Padre, Dios en Dios, rey por los siglos de los siglos. Porque Él fue en Noé piloto, Él quien condujo a Abrahán, Él quien con Isaac fue atado, Él quien con Jacob fue extranjero, Él quien con José fue vendido, Él quien con Moisés fue caudillo, Él quien dio la Ley al pueblo, Él quien con Josué hijo de Nun dividió la heredad, Él quien en David profetizó y quien en los profetas predijo sus sufrimientos, Él quien se encarnó en una Virgen, Él quien nació en Belén, Él quien, en el pesebre, fue envuelto en pañales, Él quien fue visto por los pastores, Él quien fue alabado por los ángeles, Él quien fue adorado por los magos, Él quien fue señalado por Juan, y fue bautizado en el Jordán, Él quien fue tentado en el desierto, Él quien fue encontrado Señor, Él quien congregó a los Apóstoles, Él quien predicó el reino, Él quien curó a los paralíticos, Él quien limpió a los leprosos, Él quien dio la luz a los ciegos, Él quien resucitó a los muertos, Él quien fue visto en el templo, Él quien no fue creído por el pueblo. Él quien fue entregado por Judas, Él quien fue apresado por los sacerdotes, Él quien fue conducido ante Herodes, Él quien fue juzgado por Pilatos, Él quien en su carne fue atravesado por los clavos, Él quien fue suspendido en un madero, Él quien fue sepultado en la tierra, Él quien resucitó de la mansión de los muertos, Él quien se apareció a los Apóstoles, Él quien fue elevado a los cielos, Él quien está sentado a la diestra del Padre que lo ha glorificado. Este es el descanso de los difuntos, el que encuentra a los perdidos, la luz de quienes están en las tinieblas, el redentor de los cautivos, el guía de los extraviados, el refugio de los afligidos, el pastor de quienes se salvan, el esposo de la Iglesia, el conductor de los Querubines, el príncipe del ejército de los ángeles, Dios de Dios, Hijo del Padre, Jesucristo, rey por los siglos. Amén» (Melitón de Sardes. Siglo II).