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Adoración de los Magos

1304-1306

Giotto di Bondone

Padua, Italia

“Como hoy los santos Magos llegaron a la cuna del Niño Salvador a la luz de la estrella mística, así también -explica san Benito- la luz divina -deificum lumen[1]- de la fe hace serena y luminosa tanto la jornada del monje, como su camino hacia el cielo: “Para poder cumplir todas las cosas a la luz de esta vida (Regla de san Benito, Prólogo, 43).

¡Todo consiste en que se abran los ojos y los oídos! Y se corra gozosamente tras la estela luminosa que ha dejado nuestro Señor al subir al cielo...

San Benito… quiere que su discípulo abra los ojos al esplendor de la fe; de modo que considere y mire todo acontecimiento humano a la sola luz de Dios”[2].

 


[1] Regla de san Benito, Prólogo, 9.

[2] Ildefonso Cardenal SCHUSTER, Un pensiero quotidiano sulla Regola di S. Benedetto. Vol. I, Abbazia di Viboldone, 1950, pp. 21-22.