Prefacio a las Conferencias XI-XVII
En este prefacio hallamos nombres ya conocidos porque fueron mencionados en los textos homónimos de las Instituciones, es el caso del obispo Cástor, o de la primera serie de Conferencias: Heladio y Leoncio. Este último, hermano de Cástor, fue obispo de Fréjus, en tanto que Heladio, otrora monje, según parece, de Lérins, ahora es ya mencionado como obispo de la diócesis que le fue confiada: Arlés.
Son, en cambio, nuevos los nombres de dos célebres monjes del gran cenobio de la isla de Lérins, si bien en ningún momento Casiano menciona el nombre de dicho monasterio: Honorato y Euquerio.
Honorato nació hacia 345-370 en una familia que alcanzó el cargo consular, sin duda en la Galia Bélgica (al norte de Lyon), bautizado en su adolescencia a pedido suyo y a pesar de su padre, atrae a la fe a su hermano mayor Venancio. Hacia el 395 (?) con Caprasio, su guía, los dos hermanos se embarcan para Oriente (Egipto?), pero Venancio muere en Grecia, en Metonia. Caprasio y Honorato vuelven a Galia por Italia. Hacia el 400 el obispo Leoncio de Fréjus los envía a la pequeña isla de Lerina, todavía desierta. Allí construyen iglesia y viviendas. En 426 o 427, Honorato fue elegido obispo de Arlés. Murió enseguida (430); al año siguiente, su primo y sucesor en Arlés, Hilario, pronunció su elogio[1].
Euquerio nació en una familia de buena posición, tal vez cristiana, que le ofreció la posibilidad de hacer sólidos estudios y de realizar una carrera pública. Es probable que haya llegado incluso al rango de senador. Se casó con una mujer llamada Gala, y de la unión nacieron sus hijos Salonio y Verano. La conversatio a la vida monástica la decidió Euquerio de común acuerdo con su esposa. Ambos renunciaron a sus bienes y ofrecieron sus hijos a los monjes del monasterio de san Honorato en la isla de Lérins. Este suceso puede colocarse “en el segundo decenio de la fundación” del cenobio, es decir entre los años 410/12-420. Hilario de Arlés y Paulino de Nola afirman que Euquerio se estableció, junto con su esposa, en la isla de Lero, contigua a la de Lérins, después de haber estado un tiempo como cenobita en esta última. Se ignora cuánto tiempo duró el retiro de Euquerio. Tuvo el proyecto de viajar a Egipto, a fin de visitar los monasterios y tratar directamente con los monjes de aquellos parajes, pero no lo realizó. Hacia el año 430/31(?) fue elegido para ocupar la sede de Lyon. Durante su servicio episcopal fomentó la vida monástica, favoreciendo la implantación de comunidades y difundiendo la literatura propia del monacato. Se interesó sobre todo por la divulgación de las obras de Casiano, para lo cual Euquerio compuso un resumen (epítome) de ellas. En el año 441 participó del primer concilio de Orange. Su muerte se sitúa entre los años 449-450/55, bajo el reinado de Valentiniano y Marciano[2].
Los destinatarios: Honorato y Euquerio
1. Muchos de los santos hombres que son instruidos por su ejemplo apenas logran emular la virtud de la perfección de ustedes, gracias a la cual ustedes resplandecen en este mundo con una admirable claridad, semejante a la de los grandes astros. Sin embargo, ustedes, oh santos hermanos Honorato y Euquerio, alaban con tan grande fervor aquellos varones insignes de los que nosotros mismos recibimos las primeras enseñanzas de la anacoresis, que uno de ustedes, que está al frente de un inmenso cenobio de hermanos, desea que su comunidad, que es instruida por la contemplación cotidiana de su santo modo de vida[3], también sea adoctrinada por los preceptos de aquellos padres; en tato, que el otro desearía ingresar en Egipto para ser edificado asimismo por la presencia física de ellos, dejando esta provincia entorpecida, por así decir, por el rigor del invierno galicano, y pasar como volando cual una purísima paloma hacia aquellas tierras en las que de cerca ilumina el sol de justicia y donde abundan los maduros frutos de las virtudes.
Ubicación en el conjunto de la obra de Casiano y finalidad de la presente serie de Conferencias
2. Por este motivo, la virtud de la caridad me ha impulsado necesariamente a no evitar el peligro, tan abrupto, de la escritura, para ir en auxilio del deseo de uno y del esfuerzo del otro; para que se acreciente la autoridad del primero hacia sus hijos y se evite la necesidad de un viaje por mar tan peligroso para el segundo. Por lo que, puesto que no pudieron satisfacer la fe y el fervor de ustedes las Instituciones de los cenobios, que hemos escrito como pudimos en doce libros, para santa memoria del obispo Cástor, ni las diez Conferencias con los padres que viven en el desierto de Escete, que como pudimos he recogido a petición de los santos obispos Heladio y Leoncio, ahora, para que se conozca el motivo[4] de nuestro viaje, les dedico siete Conferencias con tres padres, que encontramos en primer término y que viven en otro desierto, escritas en un estilo similar. Estas complementarán lo que haya resultado oscuro o se haya omitido en los precedentes opúsculos sobre la perfección.
Anuncio de otra serie de tres Conferencias
3. Con todo, si ni siquiera estas consiguieran saciar la santa sed de la solicitud de ustedes, otras siete Conferencias que debo enviar a los santos que habitan en las islas Stoechades[5], colmarán, como pienso, el ardiente deseo de ustedes.
[1] Cf. V. Desprez (+), osb, El Monacato de Lérins desde Honorato hasta Cesáreo de Arlés (400-543). Lectura de algunos textos, Cuadernos Monásticos n. 114 (1995), pp. 381-382; e Hilario de Arlés, Sermón sobre la Vida de san Honorato, Cuadernos Monásticos n. 370 (2009), pp. 379-414.
[2] Cf. Cuadernos Monásticos n. 105 (1993), pp. 259-261.
[3] Conversatio.
[4] Ratio.
[5] O: Staechades, las islas Hyères en la costa de Provenza.