Monasterio de Santa Gertrudis, Cottonwood, Idaho, USA.
Informe al Encuentro de Monasterios Benedictinos y Cistercienses de la AIM-USA
Abadía de Santa Mary, Petersham (MA), 26 de octubre de 2016
Por Ana Laura Forastieri, ocso[1]
La idea de postular a santa Gertrudis para que sea honrada con el título de Doctora de la Iglesia surgió en 2011, por iniciativa del Abad General de la Orden Cisterciense, Dom Mauro Giuseppe Lepori, quien propuso al Capítulo General de la OCSO que ambas Órdenes unieran sus esfuerzos para trabajar en pos de este objetivo, invitando también a participar a la OSB, con la intención de que la causa pudiera ser introducida por todas las órdenes y congregaciones que forman la gran familia benedictina.
La OCSO aceptó la propuesta y se formó el Comité para el doctorado de Santa Gertrudis compuesto por dos miembros de cada una de las tres Órdenes. Se designó como Postuladora de la causa a la hermana Augusta Tescari. En septiembre de 2013 la propuesta fue aprobada por el Congreso de Abades de la Orden de San Benito.
Los requisitos para que un santo sea reconocido como Doctor de la Iglesia son tres: santidad notoria, eminente doctrina y declaración como Doctor por el Papa.
La santidad notoria se manifiesta por la devoción universal a través de los siglos y la influencia universal en la doctrina católica. En este sentido, santa Gertrudis no fue canonizada después de su muerte, porque el monasterio de Helfta fue destruido en 1346, poco después de su fallecimiento, y este hecho determinó la pérdida de su tumba, la falta de los manuscritos originales de su obra y la pérdida de su memoria en los dos siglos siguientes. Pero en el siglo XVI su obra reapareció y su culto se fue extendiendo en Europa y en la recientemente descubierta América, con tal fuerza, que la Santa Sede la canonizó por equivalencia en 1678. La universalidad de su culto está probada por la abundante iconografía de santa Gertrudis, en cada siglo a partir del siglo XVI.
La eminencia de doctrina se refiere a los siguientes aspectos: ortodoxia, originalidad, gran influencia en el desarrollo de un aspecto central de la fe católica, validez de la doctrina para el mundo de hoy, oportunidad de que sea declarado/a Doctor. La ortodoxia está plenamente asegurada en la doctrina de santa Gertrudis, puesto que esta surge las fuentes bíblica, litúrgica y patrística y está en plena coherencia y continuidad con la tradición patrística y medieval. La originalidad está dada por el desarrollo de una sólida doctrina en la forma de visiones y revelaciones y por la comunicación de su camino personal de fe, capaz de ser ejemplar para otros para guiarlos en el camino espiritual.
La gran influencia en un aspecto central de la fe, en el caso de santa Gertrudis, brota de su impacto en el desarrollo de la comprensión y fijación del culto al Sagrado corazón de Jesús, que es un misterio central de la fe católica. Ella influyó directa o indirectamente en todos los santos franceses del gran siglo XVII (Le Grand Siècle) en el cuál se estableció el culto al Sagrado Corazón, y en los siglos siguientes, en los cuales este alcanzó un alto desarrollo.
Su doctrina e intuiciones sobre la misericordia divina por un lado, y por el otro, su espiritualidad litúrgica, capaz de alcanzar la vida mística y también de orientar a los simples fieles en el camino de la oración y de la experiencia ordinaria de Dios, ambos aspectos, demuestran la validez de su doctrina para el mundo actual. Además, estos aspectos se expresan de un modo femenino, testimonial y poético, que está más adaptado a la mentalidad postmoderna que un enfoque racionalista. En cuanto a la oportunidad de ser declarada como Doctora, el énfasis actual de los últimos Papas en la misericordia de Dios y la preocupación por integrar la contribución femenina a la vida de la Iglesia, indican algunos de los intereses pastorales de la Iglesia de hoy.
Pero antes de presentar la causa al Santo Padre, la Conferencia Episcopal Alemana señaló la necesidad de aclarar algunos aspectos históricos respecto de la autoría de los escritos atribuidos a santa Gertrudis, así como la necesidad de fijar un nuevo texto crítico del Heraldo, confrontando los dieciséis nuevos manuscritos parciales descubiertos en los últimos 20 años, tanto en latín como en alemán antiguo. En el caso de santa Gertrudis, no hay manuscritos originales del Heraldo, sino copias de los manuscritos originales, fechadas en los siglos XIV y XV, tanto en latín como en la antigua lengua germánica. Con respecto a los Ejercicios, falta todo manuscrito y el único texto por el cual nos llega la obra es la Edición Lanspergius de 1536, que es una edición impresa. Esta carencia ha llevado a algunos eruditos alemanes a cuestionar la autoría de la obra que la tradición atribuye a santa Gertrudis. Otros aspectos a aclarar son: la relación literaria dentro de toda la obra de Helfta, la identidad de la redactrix que ha recopilado los escritos, la lengua original de la obra y la existencia misma de santa Gertrudis, ya que se desconoce su tumba. Este tipo de dificultades son normales en las causas de los santos y son un signo positivo de que la causa proviene de Dios.
Para introducir a la causa, se requiere adjuntar numerosas cartas de apoyo de diversas personalidades eclesiales e instituciones de todo el mundo. Este requisito es necesario en orden a demostrar la universalidad de la petición. Por eso, actualmente, junto con la realización de los estudios críticos arriba mencionados, estamos trabajando en la difusión de la vida y obra de santa Gertrudis y en la solicitud de apoyos para la causa. Los apoyos deben expresarse mediante una carta postulatoria, dirigida al Santo Padre, fundamentando la importancia y vigencia de la doctrina de santa Gertrudis para el mundo de hoy.
Desde 2012 yo he estado trabajando la difusión de la causa y la gestión de cartas de apoyo en América Latina, obteniendo el apoyo entusiasta de las tres conferencias monásticas del continente: Cimbra, Surco y Abbeca. Como resultado de la gestión, varios obispos, facultades de teología, centros de estudio, congregaciones religiosas, parroquias denominadas Santa Gertrudis y movimientos laicales han participado, colaborando en la difusión de la causa, y sobre todo, diez de las más grandes conferencias episcopales del continente han dado su apoyo: los Episcopados de Argentina, Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, Chile, Colombia, Uruguay, Honduras y México.
Ahora estoy comenzando con la difusión en Estados Unidos, con el respaldo de la Abadía Mount Saint Mary y de la Conferencia de Monasterios Trapenses de EEUU, comenzando con la difusión en el ámbito monástico, mediante la gestión de la carta de apoyo de la AIM USA y las de los presidentes de las federaciones y congregaciones monásticas presentes en EEUU, en varias de las cuales santa Gertrudis es amada y venerada. Sería importante obtener la colaboración entusiasta de todas las comunidades monásticas en los Estados Unidos y unir nuestros esfuerzos en la difusión de la propuesta. Cada comunidad podría colaborar en la difusión por sus propios medios, dando a conocer a santa Gertrudis a sus visitantes y huéspedes, publicando sobre ella en sus sitios web o por medio de ediciones impresas. Es importante promover estudios acerca de santa Gertrudis, para ser publicados en revistas teológicas.
Pero también es importante tomar algunas iniciativas en conjunto como monacato benedictino-cisterciense en los Estados Unidos, por ejemplo: 1. obtención de las cartas de apoyo de los presidentes de las congregaciones y federaciones; 2. publicación de información básica acerca de la causa en un sitio web común, que pueda proporcionar un punto de referencia unificado para toda la información sobre los elementos básicos para fundamentar la propuesta, en orden a facilitar las cartas de apoyo; 3. buscar y recoger las imágenes de santa Gertrudis que pudiera haber en nuestras comunidades y proveer el derecho de usarlas en favor de la causa; 4. estudios sobre la difusión de la devoción y el culto a santa Gertrudis en América del Norte y en nuestras comunidades; 5. investigación sobre las parroquias denominadas Santa Gertrudis en los Estados Unidos y Canadá. Este trabajo de difusión es necesario porque la figura de santa Gertrudis actualmente es poco conocida fuera del ambiente monástico. Yo estaría contenta de incorporar más aportaciones americanas en muchas tareas, por ejemplo en traducciones. Por eso, las personas que estén interesadas en compartir el trabajo o en hacer contribuciones, pueden ponerse en contacto conmigo por correo electrónico: sr.analaura.ocso@gmail.com.
El carisma magisterial sobre la Iglesia universal es un don del Espíritu, y es la Iglesia, quien debe discernir si se da en el caso de santa Gertrudis. Nuestro trabajo por la causa tiende a permitir esto: si el carisma existe, aparecerá y se hará manifiesto. Creo que el reconocimiento de ese carisma pasa, en última instancia por la capacidad de renovación y actualización que la doctrina de santa Gertrudis pueda brindar a la Iglesia hoy y la primera área en la que esa renovación debe manifestarse, es la vida monástica.
Gracias a todos los que están colaborando, especialmente a la Abadía Mount St. Mary y a todos los que quisieran colaborar en el futuro, a nivel de las conferencias de benedictinos y cistercienses, con la certeza de que la contribución a esta causa eclesial traerá fruto abundante para la vida concreta de nuestras comunidades. ¡Muchas gracias!
La causa de S. Gertrudis - cómo participar (presentación de p.pt)
[1] Monja del Monasterio Trapense Madre de Cristo, Hinojo, Argentina, actualmente residiendo en Mt. St. Mary’s Abbey, Wrentham, MA (USA). Encargada de la difusión de la causa de santa Gertrudis en América Latina desde 2012 y en Estados Unidos y Canadá, desde 2016.