Inicio » Content » REPERCUSIONES SOBRE EL CONGRESO: «LA “DIVINA PIETAS” Y LA “SUPPLETIO” DE CRISTO EN SANTA GERTRUDIS», ROMA 2016

Santa Gertrudis, tapiz, Abadía Benedictina de Tettenweis, Alemania.

 

Tres estudiantes del San Anselmo cuentan su experiencia sobre el Congreso[1]

 

Sor María Luisa Huelves[2]:

La potencia actual de santa Gertrudis reside en su aparente simplicidad. Figura amable, de temperamento sensible, dotada de una rica afectividad y orientada hacia relaciones humanas transparentes, capaz de amistad fraterna. Gran dinámica empática con respecto a la vida, a la naturaleza y a la belleza. Su sensibilidad de niña huérfana encuentra un cierto equilibrio afectivo en el interior de un monasterio que posee una tradición bien estructurada a nivel formativo y educativo; Gertrudis recibe una educación en letras a través de dos figuras importantes como Gertrudis y Matilde de Hackeborn. Esta última era una mujer muy culta, que introducirá a Gertrudis en el mundo de las letras y del canto litúrgico.

Espiritualmente, Gertrudis se expresa de modo espontáneo, esencial y natural. El contacto con la Palabra de Dios y con los textos litúrgicos favoreció su crecimiento y su desarrollo intelectual, y al mismo tiempo el del corazón. La lectio divina no es vivida solo como un momento de meditación o de oración, sino como fuerte interacción entre la Palabra y la vida vivida, en la que su relación con el Señor se consolida y en la que ella se auto-comprende. Admite y confiesa sus pequeñas tentaciones y sus comportamientos impulsivos, pero su dinámica vital es tan fuerte que Gertrudis se sumerge con toda su intensidad (una verdadera entrega de sí misma) en la búsqueda de una más profunda sensibilidad, humildad y dulzura: esto es lo que aparece en su expresión de la suppletio, del triunfo de la gracia en la debilidad (principio paulino) como compromiso total de la persona a arriesgarse en la propia libertad.

Gertrudis desarrolla sus sentidos espirituales y corporales: en la estética de su lenguaje prevalece el uso de la simbología; usa frecuentemente términos que refieren la dulzura, los olores, los colores, las luces de la  mañana, la descripción de la naturaleza, la melodía, el gozo de la relación carnal y los besos intensos como sugerencias de intuiciones espirituales. En Gertrudis la centralidad de si misma reside en Cristo y tal conocimiento le hace más armónica, femenina y sobre todo una mujer madura, aun siendo físicamente una mujer frágil y grácil, que se reconoce como creatura no merecedora del gran amor confidente de Dios hacia ella.

 

Sor María de Lourdes Souto Campos[3]:

Gertrudis de Helfta (1256-1301) fue confiada a las monjas de Helfta en 1261, a la edad de 5 años. No sabemos mucho (por no decir nada) de su familia. Su vida transcurrió completamente en el interior del monasterio de Helfta, en Sajonia, en Alemania, que era un vivero de conocimiento intelectual para las monjas que allí vivían. Conocemos la vida de Gertrudis por un volumen compuesto por 5 libros, escritos en latín: Legatus Divinae pietatis (El Mensajero de la ternura divina), que lleva su nombre. Pero se sabe que solo el segundo libro fue escrito por ella.

Gertrudis tenía un carácter reactivo, pero sabía pedir perdón a sus hermanas. Efectivamente es en este perdón y en esta misericordia de Dios donde Gertrudis ha fundado su íntima unión con Cristo y donde toda su existencia encontrará el fundamento de una vida que se identificará y se unificará plenamente a su Señor Jesús: “Yo soy huérfana y sin madre, soy pobre e indigente. Fuera de Jesús no recibo ninguna consolación. Solo Él puede saciar la sed de mi alma. Él es el amigo preferido y único de mi corazón […] Yo soy suya, exclusivamente suya; él tiene en su mano mi cuerpo y mi alma.” (Ejercicios, III).

Las conferencias han aportado un profundo conocimiento de la vida de Gertrudis y de su monasterio. Sor M. Augusta, postuladora de la causa de Doctorado de santa Gertrudis, ha comenzado su intervención diciendo que el congreso presentaría a Gertrudis a 360º, por el conocimiento de los participantes y la profundidad de los que ya conocen a la Santa.

La primera intervención, hecha por D. Mauro Giuseppe Lepori, Abad General de la Orden Cisterciense, nos cuestionó con la temática: ¿Por qué hoy tenemos necesidad de santa Gertrudis? Según D. Mauro, "quizás es precisamente por la situación de necesidad en la que nos encontramos, y la necesidad de personas-palabras que nos alcancen con una experiencia de vida, de santidad, de sabiduría, que permitan al hombre de hoy el llenar un vacío inconfesado, pero que siempre se revela muy dolorosamente en todos los ámbitos de la vida social, política, cultural y también eclesial. Lo que falta dramáticamente al hombre contemporáneo, incluso al hombre cristiano, etc., lo que falta es la experiencia de la experiencia".

Cada conferencia ha sido verdaderamente un viaje hacia el corazón de Gertrudis, que nos ha permitido gozar de esta experiencia única y verdadera, precisamente porque es la experiencia del corazón crucificado y resucitado del Maestro Jesús.

 

P. Marion Nguyen[4]:

A veces vemos a una pareja casada y nos preguntamos como dos personas tan distintas una de la otra son tan completamente compatibles en el vivir la vida matrimonial. Lo mismo sucede entre la teología de Urs von Balthasar y la espiritualidad de santa Gertrudis. Von Balthasar es un teólogo moderno que ha escrito alrededor de setecientas obras, mientras Gertrudis es una teóloga medieval que solo ha escrito dos o tres. Gertrudis proviene del siglo XIII, en el apogeo del periodo escolástico, y von Balthasar ha crecido en un ambiente postmoderno. Sin embargo a través de la lente de la teoría de la belleza de von Balthasar se puede no solo entender mejor la espiritualidad mística de Gertrudis, sino también entender las tesis de otros ponentes en este congreso.

Muchos de los escritos de Gertrudis son personales, íntimos, pero no se pierden en la emotividad. Damos como un ejemplo, un pasaje del “Beso de la Trinidad”:

BESO DE LA TRINIDAD

Oh beso dulcísimo, tú vínculo

no me abandonas, átomo di polvo;

tus abrazos me estrechan,

para que llegue a ser una sola cosa con Dios,

para así entrar sin mancha

al banquete nupcial.

En estas frases se puede sentir una tensión entre la ternura y el respeto por el otro. Es una tensión sintética, humana, concreta y real: una experiencia de la encarnación en la vida cotidiana.

Los principios de la teología de la belleza de von Balthasar pueden organizar los escritos de santa Gertrudis porque en la base de las dos teologías está la relación entre la persona y Dios. Se pueden profundizar las palabras de Gertrudis utilizando estos términos: espacio y respeto, intercambio, encuentro, impulso, experiencias y ternuras, tocar el corazón. Con esta perspectiva, podemos poner en juego la tensión entre objetividad y subjetividad; una afirmación por la una no significa el repudio de la otra.

Esta teología puede explicar el significado de las otras conferencias del Congreso. El Padre Claudio Cortoni ha hablado de la espiritualidad de santa Gertrudis según la filosofía agustiniana. El siglo trece era la época de los escolásticos bajo la dirección de santo Tomás de Aquino que tomó la filosofía de Aristóteles y su método y lo transfirió al campo académico y a la Iglesia. Santa Gertrudis a su vez tomó la filosofía de Platón, traducida en la Iglesia de las obras de san Agustín en una aproximación más sintética y misteriosa. Lo mismo sucedió a von Balthasar, que quería introducir una teología más sintética en vez de la analítica, que era muy popular en la época en la que vivió.

Don Giuseppe Como ha hablado de la “Divina Pietas” y de la “Suppletio” de Cristo como conceptos que muestran la intimidad entre Gertrudis y Dios. Una intimidad que a veces puede parecer un poco erótica. Al mismo tiempo estos sentimientos pueden ser explicados a través de la relación de la belleza que, a pesar de que dé espacio al otro, tiene como su fin una comunión profunda. No podemos encontrar la belleza sin este impulso a tender a una experiencia de intimidad y de unión.

El Padre Juan Flores ha hablado de la pietas de santa Gertrudis en la liturgia. La liturgia es una forma de expresión perfecta para manifestar la intimidad entre Dios y su pueblo. Nos habla del espacio que es necesario para un encuentro con la belleza. Al principio se necesitan símbolos concretos para comunicar esta atracción porque, como la belleza, Dios es perfecto en su ser y no podemos entrar en contacto con Él sin un trámite adecuado. Este símbolo nos muestra algo de Dios y, al mismo tiempo, lo esconde. A través de este trámite podemos acercarnos a la belleza/Dios sin abrasarnos. Como la liturgia, la relación con la belleza comienza con algo concreto y termina con la concreción, es decir la comunión con el cuerpo y sangre de Jesucristo.

El Congreso ha terminado con una ponencia sobre la iconografía gertrudiana: ¡era lo correcto! Cuando decimos algo de la belleza, del amor o de la comunión, no podemos comunicarlo directamente porque corremos el riesgo de banalizarlos. Estos temas deben ser enunciados por medio de la poesía, de la música, de la liturgia o de la pintura, como toda verdadera obra de arte que nos da el espacio y el tiempo para mirarla, nos invita a acercarnos para tener un encuentro, nos compromete a una experiencia concreta y nos atrae para hacernos entrar en una comunión profunda.

 

Programa del Congreso:

http://surco.org/content/convenio-divina-pietas-suppletio-cristo-santa-gertrudis-helfta-una-soteriologia-misericordia

Galería de fotos:

http://www.ocso.org/2017/01/28/conference-st-gertrude/

Presentación iconográfica (en italiano):

https://drive.google.com/file/d/0B5lRz5caIsCkVlRXTXZ5aGF6NXM/view?usp=sharing

 


[1] Todas las conferencias serán publicadas en esta página, una vez editadas las actas del Congreso.

[2] Sor María Luisa Huelves, osb (Cam): monja camaldulense italiana estudiante de Teología Espiritual en el Instituto Monástico San Anselmo.

[3] Sor María de Lourdes Souto, osb: monja benedictina brasileña, estudiante de Teología Espiritual en el Instituto Monástico San Anselmo.

[4] P. Marion Nguyen, osb: monje benedictino estadounidense, estudiante de Teología Espiritual en el Instituto Monástico San Anselmo.