Inicio » Content » EL REPERTORIO EUCARÍSTICO DEL HERALDO (III)

Santa Gertrudis - óleo sobre tela - José de Páez - México.

 

Por Olivier Quenardel, ocso[1]

 

33. L 3,21[2].

SF: El cuarto día que sigue al primer domingo después de la fiesta de la Santísima Trinidad, durante la Misa.

E: gracias de unión mística.

 

34. L 3,23.

SF: “Un día en que asistía a la misa con la mayor devoción que podía, durante el Kyrie eleison…”.

E: Gertrudis mide su bajeza. El Hijo de Dios la adorna con todos los méritos de su santísima vida; ella recibe una triple bendición de cada una de las personas divinas.

 

351. L 3,30,1.2.

SF: “Durante la misa Veni et ostende”.

E: La voluntad libre es comparable a una “cánula de oro” que cada uno recibe para “extraer de lo más profundo del corazón divino todo lo que desea”. Gertrudis ofrece al Señor su corazón. Unido al corazón de Cristo, juntos forman un cáliz hecho de dos partes unidas con cera” (L 3,30,2,7-9). El corazón de Gertrudis es como un vaso que el Señor tiene siempre al alcance de su mano: Él lo vacía o lo llena según su agrado, para aumentar la alegría de los habitantes del cielo y el provecho de los de la tierra.

 

352. L 3,30,37.

SF: “a la elevación de la hostia”.

N: hostiam sacrosanctam (L 3,30,37.4).

E: Gertrudis ofrece a Dios, en alabanza eterna, una pena interior intolerable. El Señor acoge su ofrenda y la hace reposar sobre su pecho.

 

36. L 3,34.

SF: “Un día, antes de recibir el cuerpo de Cristo”.

N: Christi corpus (L 3, 34,1,1).

P: lamentándose de estar mal preparada, Gertrudis ruega a la Virgen, a los Santos y a Cristo, que ofrezcan por ella toda la dignidad de la que están revestidos. La petición es atendida. Tema de los ornamentos.

E: Gertrudis ha prometido a ciertas personas que comulgaría este día por ellas. Pide al Señor que haga a estas personas la gracia de concederles los mismos adornos (que le otorga a ella). Respuesta del Señor: “Yo se los doy, pero dejo a su voluntad la libertad de adornarse con ellos” (L 3,34,2).

 

37. L 3,35.

SF: Gertrudis ruega al Señor le conceda que, “al momento de su muerte, el último alimento de aqui abajo sea el sacramento de la vida, el Cuerpo de Cristo”

N: vivificum sacramentum corporis Christi (L 3,35,1,2-3).

E: El Señor le responde “interiormente... que en esta demanda sus deseos no son (no eran) plenamente justos”. Y le da las razones.

 

38. L 3,36.

SF: Provecho de la comunión frecuente (saepius).

E: La frecuencia de la comunión sacramental incrementa la gloria de la vida eterna. Pero el Señor agrega: “… una es la recompensa de aquellos que comulgan por deseo y amor; otra, la de aquellos que lo hacen por temor y sumisión; y una tercera, la de quienes tienen el cuidado de prepararse a la comunión. Pero el sacerdote que celebra los misterios solo por rutina, no puede pretender ninguna de estas recompensas” (L 3,36,1,15-19).

 

39. L 3,37.

SF: “En una fiesta de la Santísima Virgen”; “al comulgar y consumir el cuerpo de Cristo”.

N: corpus Christi (L 3,37,1,31).

E: “operaciones maravillosas y deleitables” al momento de la comunión sacramental. La santísima Trinidad y toda la corte celestial toman parte en estas deliciosas alegrías.

 

40. L 3,38.

SF: “Una vez, en que ella se había estado preparando a comulgar con más fervor (devotius) durante varios días, en la noche del domingo, experimenta tal debilidad física, que le parecía imposible poder comulgar…”.

N: sacratissimi corporis et sanguinis mei (L 3,38,1,16); hostiam salutarem (L 3,38,3,3-4).

E: El Señor aconseja a Gertrudis que se abstenga, ese día, de la comunión sacramental. Esta abstención no le privará a El de tener sus delicias en ella. La preparación de Gertrudis lo ha satisfecho plenamente. “La mirada de su divino amor (respectus divinae pietatis, L 3, 38,2,8) prepara a Gertrudis a la comunión espiritual. Durante la comunión de la comunidad, él le concede gracias místicas tan elevadas que Gertrudis se pregunta qué es preferible: ¿la comunión sacramental o “tantas bendiciones divinas” (L 3,38,3)? Interés en la distinción entre comunión sacramental y comunión espiritual.

 

41. L 3,50.

SF: “… un día en que ella debía comulgar…”.

N: tui sacratissimi corporis et sanguinis (L 3,50,1,5).

P: Por estar enferma, Gertrudis no se ha podido preparar con toda la devoción que hubiera deseado; consciente de su indignidad, declara sin embargo no encontrar nada que le sea de mayor provecho para el alma y el cuerpo, que la santa comunión.

E: Delectación de Gertrudis al comulgar. El Señor le declara también la delectación que esta comunión le procura a Él. Riqueza de vocabulario sensorial.

 

42. L 3,53.

SF: Declaración del Señor: “¿No es de fe católica que aquél que comulga una vez, me recibe a mí para su salvación, con todos los bienes contenidos en el doble tesoro de mi divinidad y mi humanidad? Y sin embargo, cuanto más frecuentemente comulga el hombre, más se aumenta y se multiplica la medida de su bienaventuranza” (L 3,53,2,14-19).

E: Efecto salvífico y escatológico de la comunión sacramental. Relación con la frecuencia.

 

43. L 3,59.

SF: Durante la misa, faltándole las fuerzas, ella vacilaba en levantarse para la lectura del Evangelio, pero se lo reprochaba a sí misma...” (L 3,59,2,1-2).

E: El Señor declara que la recompensará, haga lo que haga, por la gloria de su divina munificencia (L 3,59,2,12-13).

 

44. L 3,60.

SF: La Eucaristía en el septenario sacramental.

E: La Eucaristía está considerada bajo el punto de vista de la fruición, sobre todo de parte del Señor: “... en la superabundancia de mi caridad, yo me donaré a ti en alimento y me saciaré de ti con deleites” (te fruendo satiabor, L 3,60,1,15-16).

 

45. L 3,61.

SF: “Durante la misa, mientras ella se ocupaba piadosamente del Señor”.

E: Eucaristía y caridad fraterna. El tema de los ornamentos.

 

46. L 3,65.

SF: “un domingo, cuando asistía a la misa, antes de comulgar” (L 3,65,4,3-4).

E: Gertrudis ha compuesto una oración que ofrece al Señor. En aquellos que recitarán esta oración, el Señor aumentará la gracia de Su conocimiento y les hará captar en sí mismos la irradiación de la divinidad” (L 3,65,4).

 

47. L 3,77.

SF: El Señor declara: “...con un gran sentimiento de amor he dejado este sacramento (a los hombres), para que lo realicen y repitan cuidadosamente en memoria mía (in mei commemorationem retractandum), quedando yo por otra parte obligado por el mismo, a permanecer con los fieles hasta el fin del mundo” (L 3,77,1,9-13).

P: Quienquiera que por sus palabras o sugerencias, aleje del sacramento a alguien que no esté en pecado mortal, en cierto modo, impide o difiere mis propias delicias, que yo habría podido tener”. Parábola de un “maestro severo” (L 3,77,13-16).

 

48. L 4,3,7.8.

SF: Durante la misa de Navidad “Dominus dixit”, en el ofertorio.

E: Ciertas personas consideran al Señor nacido, en otro tiempo, en Belén. Otras contemplan “con devoción (devote) al Señor nacido espiritualmente en el fondo de su corazón” (L 4,3,8).

 

49. L 4,7,4.

SF: El día siguiente al domingo Omnis terra, Gertrudis reza “por aquellos que, no obstante la ausencia del confesor, habrían sin embargo recibido la comunión, según su consejo” (L 4,7,4,1-3).

P: El Señor reviste de adornos a aquellas personas que han seguido el consejo de Gertrudis.

 

50. L 4,12,6.

SF: El día de la Anunciación, “durante la misa, en que ella debía comulgar...”.

N: corporis et sanguinis sacratissimi Filii sui (L 4,12,6,4-5).

P: Postrándose humildemente a los pies de la Madre del Señor, el alma (de Gertrudis) se pone a rogarle que se digne prepararla para recibir el cuerpo y la sangre santísimos de su Hijo”. La Virgen María cubre a Gertrudis con sus ornamentos.

E: El Señor se siente atraído y cautivado (delectatus et allectus est) por la belleza de Gertrudis. Él la trae a sí y la estrecha contra su corazón.

 

51. L 4,13.

SF: Domingo Circundederunt. Gertrudis “deseando vivamente recibir el divino sacramento, se estaba esforzando para preparase lo mejor que podía. Sin embargo, según el deseo de su madre espiritual y para no faltar a la discreción, consiente en abstenerse de comulgar y ofrece esto al Señor en alabanza eterna” (L 4,13,1,2-6). Sin menoscabo del gran valor de esta comunión espiritual, el Señor declara sin ambigüedad, al final del capítulo, que la abstención no es preferible a la recepción del sacramento (L 4,13,5).

N: divina sacramenta (L 4,13,1,2-3; L 4,13,5,4-5); sacramento altaris (L 4,13,4,4).

P: Eclesialidad de la preparación: “...cuando una persona se ha preparado a la comunión con oraciones especiales, prácticas de devoción y otros ejercicios, si a pesar de todo se abstiene de comulgar por discreción, humildad y obediencia, el Señor le calma su sed en el torrente que brota de su divinidad, y, haciendo participar a otros de la preparación de esta persona, los hace más aptos de recibir la comunión. Así, todo el bien que ellos obtienen, pasa integralmente a beneficio de aquel que, sin haber comulgado, estaba mejor preparado” (L 4,13,4,20-29).

E: El Señor dice a Gertrudis: “Puesto que por discreción te abstienes hoy de recibir mi cuerpo, ven ahora a saciarte místicamente en mi corazón, de donde brota con abundancia el flujo dulcísimo de mi divinidad” (L 4,13,4,3-4). La  gracias de unión mística son tan altas que Gertrudis pregunta: “... si se sigue tanto bien para quien se abstiene de la comunión, ¿no sería preferible abstenerse que recibirla? De ningún modo, le responde el Señor. Aquel que recibe los divinos sacramentos con el deseo de glorificarme posee verdaderamente en efecto el alimento muy saludable de mi cuerpo deificado, con el néctar embriagador de mi divinidad llena de delicias y además, es adornado con el resplandor incomparable de mis virtudes divinas” (L 4,13,5,1-8). Léase con atención a nota de Pierre Doyère en SC 255, pp. 152-153.

 

52. L 4,14.

SF: Domingo Exurge quare. El Señor enseña a Gertrudis como construir en su corazón un arca que sea de su agrado. Le declara entre otras cosas: “Desde el comienzo de maitines hasta nona, tu pagarás desde el fondo del corazón, en nombre de toda la Iglesia, las alabanzas y acciones de gracias por todos los beneficios concedidos a todos los hombres desde el comienzo el mundo hasta el presente, y en particular, para honrar como se debe, este favor que yo te hago, de inmolarme cada día sobre el altar a Dios Padre, desde el comienzo del día hasta nona, sin intermisión, por la salvación del género humano. Y del cual, sin embargo, los hombres no hacen más que poco caso...” (L 4,14,3,10-17). A continuación “durante la misma en que ella debía comulgar, le parece estar en presencia del Señor gimiendo de no poder asistir a esta misa en razón de su mala salud. Y el Señor le dice: “Recita el confiteor” (L 4,14,7,1-4).

E: Unión mística (L 4,14,7,5-15). Rico vocabulario de la percepción sensorial.

 

53. L 4,15,7.

SF: Domingo Esto mihi. “En la Misa, mientras invocaba al Señor en el introito”, el Señor le pide que sea para Él un refugio “contra los insultos con los que Él es (Yo soy) particularmente atacado en estos tempos”.

E: Unión mística. “Desde este día le fue dada la gracia de estar íntimamente unida a Dios, pero sin perder jamás, sin embargo, un perfecto control de sus deberes exteriores” (L 4,15,7,22-24).

 

54. L 4,17.

SF: Domingo Invocavit. Comunión sacramental.

N: corpus dominicum (L 4,17,1,2).

P: sintiéndose insuficientemente preparada para la comunión sacramental apela a la suppletio del Señor. El Señor responde a su pedido. Gracia de inteligencia espiritual concedida durante la lectura de la epístola (L 4,17,4).

 

55. L 4,18.

SF: Primer lunes de cuaresma. Gracia de inteligencia espiritual en relación con el evangelio del día (Mt 25,31-46).

 

56. L 4,21.

SF: Domingo de Laetare. Todo el capítulo está en contexto eucarístico, en relación con el evangelio del día (la multiplicación de los panes, Jn 6,1-15).

E: El Señor pide a Gerturids que alimente a la Iglesia universal. De modo místico, Gertrudis ejerce aquí un verdadero ministerio apostólico.

 

57. L 4,22,3.

SF: Domingo Judica, «en la misa, cuando se leía el Evangelio: “Tienes un demonio”».

E: profundamente conmovida, Gertrudis quiere reparar las injurias hechas su bien amado con palabras de ternura. El Señor, en su bondad, la recompensa “como de costumbre, de manera sobreabundante”. Admiración y alegría de todos los santos. El Señor promete recompensar a todo aquel que imite a Gertrudis, saludándolo con sentimientos de profundo afecto, para compensar las blasfemias e injurias con que se lo abruma sobre la tierra (L 4,22,3.4.5).

 

(Continuará)

 



[1] Abad de Notre-Dame de Cîteaux, Francia y miembro del Comité para el Doctorado de Santa Gertrudis, en representación de la OCSO.

[2] Traducido de: Olivier Quenardel, ocso, “La comumunion eucharistique dans ‘Le Héraut de L’Amour Divin’ de sainte Gertrude d’Helfta”, Abbaye de Bellefontaine, Brepols, 1997, Anexo IV, pp. 171-203. Con ello se completan las remisiones al Anexo IV hechas en los artículos del mismo autor publicados en esta página. Tradujo la hna. Ana Laura Forastieri, ocso, Monasterio de la Madre de Cristo, Hinojo, Argentina.