Inicio » Content » SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo “B”
Nota imagen: 

San Juan Bautista. Hacia 1300. Constantinopla

 

«San Benito les propone a los monjes la figura del hijo de san Zacarías como un resplandeciente ejemplo de vida monástica, que debe ser amado e imitado. “¿Qué salieron a ver en el desierto?” ( Mt 11,7)

Cada clima tiene sus propias flores. La vida monástica es una planta exótica y rara, que crece y florece especialmente en el desierto. Por eso escribía san Jerónimo: “¿Qué haces en la ciudad, tú que eres monje?”..

Nuestros monjes, si quieren continuar la tradición del Precursor y de san Benito, deberán cultivar religiosamente este espíritu de soledad y retiro...

¡Oh monje, por invitación del Señor mismo, medita bien sobre la figura de Juan! “¿Qué salieron a ver en el desierto?” ( Mt 11,7).

Considera su vestimenta y su cinturón.

Mira bien su morada solitaria. Examina diligentemente su alimento, y después compara tu disciplina monástica con la suya. Tú eres monje y monje es él, pero qué diferencia. “O abbas et abbas”, exclamaba san Bernardo cuando meditaba en san Benito.

Aprende al menos a desear “los carismas superiores” (1 Co 12,31).

Así vivió san Benito en Subiaco...»[1].



[1] Ildefonso Cardenal SCHUSTER, Un pensiero quotidiano sulla Regola di S. Benedetto. Dalla Prima Domenica d’Avvento alla Seconda dopo l’Epifania, Abbazia di Viboldone, 1950, pp. 47-50.