VIGÉSIMA ASAMBLEA DE SURCO (27 de mayo - 1° de junio 2024)
Por primera vez la Asamblea de SURCO se realiza en Uruguay
En febrero del 2024, hechas las consultas pertinentes, el Presidente de SURCO, P. Enrique Contreras, osb, anunciaba a las comunidades monásticas del Cono Sur, que la Asamblea se reuniría en Uruguay. Explicaba en un mail el porqué de esta decisión: “Comprobamos en nuestra última reunión de la Comisión Directiva de SURCO que nunca habíamos realizado una reunión importante en ese país. Solo en dos ocasiones nos reunimos en el Monasterio de las monjas: para dialogar sobre la formación permanente, fue básicamente un encuentro de formadores; y en una ocasión tuvimos allí la reunión anual del Consejo de Redacción de Cuadernos Monásticos. Estamos, por tanto, saldando una deuda importante. Y creo que vale la pena el esfuerzo, que es también una forma de demostrar nuestro fraterno apoyo a las Hermanas del Monasterio de Mater Ecclesiae”.
La fecha quedó establecida en la semana del lunes 27 de mayo al sábado 1 de junio. Se eligió como lugar de encuentro, en la ciudad de Montevideo, la casa de ejercicios de Manresa, perteneciente a los Jesuitas. Y no habiendo capacidad suficiente para albergar allí a todos los participantes, se pudo conseguir, frente a Manresa, que las Hermanas Capuchinas pudieran ofrecer las restantes habitaciones.
Ese día lunes se presentó lluvioso, pero no fue obstáculo para los que ya habían tomado la decisión de viajar a Montevideo, más bien se percibía como una bendición… hacía siete años que SURCO no se reunía. Y si siempre había sido una alegría encontrarnos como hermanos, quizá esta vez, después de una pandemia, que nos caló hondo a todos, estábamos prontos a celebrar juntos, en familia y con júbilo sereno, el paso del Mar Rojo. Temprano por la tarde comenzaron a llegar la mayoría de los participantes. En la puerta nos esperaba la Srta. Fernanda, responsable de la organización de la casa, para darnos una cálida bienvenida. Luego nos íbamos ubicando en las habitaciones asignadas y saludándonos con la alegría del encuentro. La casa es amplia, acogedora y luminosa. Muy bien cuidada, cada lugar está armoniosa y sencillamente decorado, con algún objeto religioso en el que se percibe que es la casa de Dios, con el tinte propiamente jesuítico y coronado por la bella y recogida Capilla. Con algunas escaleras y corredores largos, con varias salas para reuniones. Cada habitación con su baño privado y con una ventana que da a un hermoso parque, en el que se podía apreciar la belleza de los colores propios del otoño. Días después el P. Marcelo Copetti, sj, encargado de la casa, nos contaría la historia de la misma. Edificada a mediados del Siglo XIX, por un rico y generoso benefactor, John Jackson. Primero fue un orfanato, luego noviciado jesuita y actualmente está destinada a casa de retiros.
La Asamblea dio inicio con la celebración eucarística, presidida por el P. Enrique a las 19 hs y a continuación compartimos la cena.
Estuvieron representadas casi todas las comunidades, con uno o dos miembros. También participaron dos representantes del Movimiento Apostólico Manquehue (Chile).
Fue notable la presencia plena en las reuniones, en la Eucaristía y en la Liturgia de las Horas, favoreciendo el ritmo de las jornadas un horario equilibrado de oración, reuniones y comidas.
El primer tema que se abordó fue el de “la fragilidad en nuestras comunidades”, que fue desarrollado a partir de muy valiosas conferencias, después comentadas y enriquecidas por experiencias personales en un plenario.
Respecto a la misma vida de SURCO, el Padre Enrique, presentó una breve memoria de lo realizado, pasando luego al Hoy que se concretó en la elección de las autoridades.
Fue elegido el Padre Enrique Contreras, osb como Presidente y la Madre Clara Marcela Vénica, osb Vicepresidente. Los consejeros elegidos fueron: Padre Edmundo Gómez, osb y Hermana Cecilia Huerta, ocso. Ahora por un período de 6 años hasta la próxima Asamblea. Se decidió, pues, la reforma de los Estatutos en este punto. El Padre Enrique nombró secretario de SURCO al Padre Ariel Ayala, osb.
En un segundo momento se dialogó sobre nuestra revista: Cuadernos Monásticos. La Madre Isabel Guiroy, osb, que desde su “juventud monástica” estuvo muy vinculada a la revista, colaborando en ella, y que desde 2003 fue su Directora, presentó su renuncia al cargo, asegurando su ayuda y presencia en lo que fuera necesario. Se le agradeció profundamente su valioso trabajo expresando esa gratitud con un prolongado aplauso.
Como Director “interino” de nuestra revista se designó el Padre Enrique que aceptó este servicio, con el firme compromiso de formar a quien pudiera sucederlo en el cargo.
En cuanto al contenido de las conferencias que compartimos, ofrezco una breve síntesis de las mismas. Podremos así comprender mejor el clima que se vivió en esta rica Asamblea, en la que se habló con mucha sinceridad sobre la situación y las experiencias de nuestras comunidades, como también sobre la necesidad de abrir los ojos a una genuina esperanza.
El Padre Simón Pedro Arnold, osb, de la comunidad de Chucuito, en Perú, nos habló acerca de las comunidades pequeñas y frágiles, y dio comienzo a sus reflexiones citando un pensamiento de D. Bonhoeffer: “La precariedad es una gracia costosa”.
Este es un tiempo de gracia que pide coraje y discernimiento. Implica humildad y valentía, modestia orante. La clave es revisar nuestra coherencia vocacional. El discernimiento tiene que ser “cualitativo”; abandonar el “lamento nostálgico” y pasar a una “lucidez creativa”. Debemos reevaluar nuestra vida: a) Dimensión contemplativa: ¿cómo está? b) La Fraternidad: ¿se aman? c) El trabajo: ¿es serio? d) La hospitalidad: ¿tenemos apertura y acogida de la gente y el mundo? Lo importante es ser feliz y significativo y no si vamos a perdurar.
El Padre Eduardo Gowland, ocso (Azul), remitió al Estatuto para Comunidades Frágiles de los Cistercienses de la Estrecha Observancia” (Trapenses). Se trata del cuidado progresivo para las comunidades frágiles de la Orden acompañándolas hasta su supresión si fuera necesario. Enfatizó la toma de conciencia comunitaria de la fragilidad, la ayuda externa por medio de una “Comisión de ayuda”; un “Comisario/a monástico” nombrado por el Capítulo General, con la misión específica de generar condiciones de revitalización de la comunidad. La fragilidad es algo inherente a la vida monástica y una oportunidad de vivir más a fondo el Misterio Pascual.
Por su parte el Padre Edmundo Gómez, osb, Abad del Siambón habló sobre los monjes en las redes sociales y dio algunos criterios que surgen del diálogo entre el hoy y la tradición monástica
¿Cómo usamos las redes y nuestro ser monjes/as? El extenso y prolijo análisis aparecerá próximamente publicado en Cuadernos Monásticos. En su conferencia el Abad Edmundo nos presentó una síntesis muy interesante en la que relacionó las diversas redes sociales con la tradición monástica benedictino-cisterciense, particularmente los vicios capitales, y cómo esta tradición ofrece herramientas ascético-espirituales para combatir el peligro de ser esclavizados por estos nuevos instrumentos de comunicación. Todo ello reclama una renovación de nuestra “conversatio” monástica y una vivencia radical de nuestra vocación.
El día 30 de mayo por la tarde fuimos a visitar la abadía Mater Ecclesiae en Canelones (Solymar), donde nos esperaba la comunidad, que nos acogió con calidez y alegría. Después de una merienda festiva tuvimos la Misa concelebrada, unida a Vísperas, presidida por el obispo de la diócesis Monseñor Heriberto Bodeant. Partimos nuevamente contentos del encuentro y edificados por esta comunidad frágil pero fiel a su vocación monástica y entregada a Dios, y que atiende sacrificada y generosamente a su vecindario en sus necesidades básicas de alimentación.
El día 31 de mayo por la mañana nos habló el Padre Samuel Fernández, patrólogo, venido especialmente desde Chile. Por medio de una selección de textos patrísticos que presentó y comentó, destacó la novedad de la Encarnación de Cristo quién, siendo Dios, se sometió verdaderamente a la condición humana, aceptando la ley del crecimiento gradual del ser humano. Su interioridad humana es un ejemplo para nosotros. Estamos llamados a ser “carne resucitada”, en una relación filial semejante a la de Jesús. La “fragilidad “no es defecto, sino condición del ser humano, en la que la dependencia humana de Dios es un ideal.
Por la tarde de ese mismo día recibimos al Cardenal Daniel Sturla, sdb, Arzobispo de Montevideo. En su conferencia dio respuesta a un interrogante de varios de los miembros de la Asamblea: ¿por qué Uruguay es tan “laicista” dentro de un contexto latinoamericano marcadamente religioso? Comenzó dando las características de la Iglesia uruguaya: “pobre y libre; pequeña y hermosa”. Pequeña: Sólo un 38 % se declara católico y van a Misa un 10 %. Colonización y evangelización tardías, se crea el obispado de Felipe y Santiago en 1878. En la primera Constitución se declara que la Religión Católica es la del Estado. En la segunda mitad del siglo XIX, el recientemente declarado Beato, Monseñor Jacinto Vera, organiza la Iglesia. Comienza el proceso de secularización con la llegada de la masonería en 1856 y particularmente con el gobierno anticlerical de José Batlle y Ordoñez. Finalmente en la Constitución de 1917 se realiza la separación de Iglesia y Estado. Esto ha hecho que la Iglesia sea “libre”, sin compromisos. De 1919 a 1965 hubo una gran pujanza, especialmente entre los laicos. De 1965 a 1985, la aplicación del Concilio y Medellín encontró a un Uruguay dividido. En esa época el acento estaba puesto en lo social, en la actualidad, en lo religioso.
Deseo destacar lo positivo y alentador que resultaron los diálogos respecto al futuro de SURCO y qué enriquecedora ha sido la integración –desde su nacimiento– de la comunión benedictino-cisterciense. Es realmente auspicioso que ésta no solo se mantenga, sino que se acreciente.
Entre las propuestas que se presentaron destaco: proseguir con las actividades –no más de dos por año– organizadas por SURCO, alternando entre cursos de ayuda y renovación para los distintos oficiales del monasterio, con retiros para superiores y superioras y cursos de formación.
La reunión concluyó el sábado 1º de junio con la Eucaristía presidida por el abad Jorge, osb. Partimos a nuestras respectivas comunidades alegres y renovados en nuestra vocación, llevando a nuestros hermanos y hermanas de comunidad las luces que recibimos y compartimos en estos días, con una visión actual y realista de nuestras respectivas fragilidades, pero iluminada por la esperanza de que lo que Dios nos pide (y el mundo también) es vivir el HOY con fidelidad y el mañana dejarlo en las manos del Padre Providente.