«Se trata de ubicar a los “pioneros” -los Padres Latinos- de nuestra Iglesia y de nuestra cultura en el marco histórico en el que les tocó vivir. Con luces sombras, es cierto, pero también con vigor y alegría supieron enfrentar las dificultades de su tiempo, buscando hallar las soluciones adecuadas en el amor de Cristo» (p. 10).