Heraldos del Evangelio
Asociación Internacional de Derecho Pontificio
Caieiras, 23 de mayo de 2014
Santidad,
Con alegría y satisfacción me uno a la celosa iniciativa promovida por la Orden Cisterciense y la Congregación Benedictina de Solesmes, para solicitarle que santa Gertrudis de Helfta pueda ser declarada como Doctora de la Iglesia Universal.
De hecho, llama la atención, cómo santa Gertrudis en una corta vida de 45 años, ha sido autora de escritos teológicos dignos de encomio por la originalidad, universalidad y actualidad que hoy en día siguen teniendo. Sus escritos aportan a la Santa Iglesia una doctrina de grande elevación espiritual, sellada y garantizada al mismo tiempo por el testimonio de una vida de patente santidad.
En el actual momento en que se encuentran la Iglesia y el mundo -donde se hace cada vez más patente la necesidad de la aparición de modelos que entusiasmen, por el fulgor de la Sabiduría y la felicidad de una vida santa, que todos buscan aunque la desconozcan- la difusión de la figura y el pensamiento de una mujer religiosa, culta y de gran inteligencia, que encontró el gozo del vivir en esta tierra con los ojos puestos en el cielo, podrá ser una referencia extraordinaria para tantos que, en medio de los entrechoques desordenados del pensamiento hodierno, aún quieren agarrarse a la piedra angular del pensamiento y felicidad cristianos.
Es también santa Gertrudis un referente específico para las almas consagradas, que sienten las tentaciones de la mediocridad, del abandono del amor primero, del relajamiento o pérdida de los ideales religiosos. Siendo ella una consagrada, confiesa su propia conversión a los 26 años, cuando ya llevaba tantos años de vida religiosa, y testimonia el nuevo rumbo que tomó su vida al interno del claustro gracias a la intervención divina. Comprendió entonces cómo la Sequela Christi, que antes le parecía insoportable, se trocó en “un yugo suave y ligero”. Fue objeto de una misión particular gracias a las revelaciones místicas que preanunciaron a los apóstoles de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, como san Juan Eudes y santa Margarita María Alacoque.
El propio Señor le declaró: “Quiero que tus escritos sean para los últimos tiempos un testimonio irrecusable de mi divino amor”. Por tanto, las doctrinas que el Señor le confió serán el sello, la piedra angular para hombres de una época histórica que necesitarán más que nunca conocer la naturaleza del Amor Divino.
Este maravilloso pensamiento fue plasmado por santa Gertrudis en su obra: “Legatus divinae pietatis”, dividido en cinco libros, y en los “Excertitia”, profundas meditaciones sobre los momentos más trascendentales de la vida cristiana y de la vida monástica.
Como Fundador y Presidente General de Los Heraldos del Evangelio, siento también como nuestra a esta grande Santa, a la que el propio Cristo la llamó “Heraldo del Amor divino”. De hecho sus escritos teológicos son una proclamación de ese Amor, gozan del reconocimiento de diversos doctores en la Iglesia, y se siguen difundiendo no solamente en Europa sino también en nuestra América Latina. Creo que la proclamación de santa Gertrudis de Helfta como Doctora de la Iglesia por parte de su Santidad, contribuirá grandemente a una mayor difusión de la figura de esta mujer fuerte, que ayudará a tantas almas consagradas en la restauración del amor primero, y a tantos sedientos de felicidad y verdad, a beber en el manantial del pensamiento, experiencias y virtudes transmitidas por esta gran Maestra.
Besando reverente el anillo del Pescador, le imploro su paternal bendición sobre toda la familia de los Heraldos del Evangelio.
In Iesu et Maria
Mons. Jôao Scognamiglio Clá Dias
Presidente General de los Heraldos del Evangelio
____________________________________________________________________________
Rua Dom Domingo de Silos 238 – Jardìm Sâo Bento CEP 02526-030 – Sâo Paulo- SP – Tel.: (55-11) 2256-9377- chancelaria@arautos.com.br