Soledad Mariana
Movimiento de Espiritualidad Mariano y Contemplativo
Buenos Aires, 6 de abril de 2013
A nuestro venerado Sumo Pontífice, Su Santidad Francisco
Amadísimo Santo Padre:
Nos dirigimos a Su Santidad con filial respeto y afecto, con el objeto de solicitarle que acoja la petición que le formulan las comunidades monásticas cistercienses y benedictinas, de declarar Doctora de la Iglesia Universal a la célebre mística medieval, santa Gertrudis de Helfta, también llamada “la Grande”.
Pertenecemos al movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa “Soledad Mariana”, fundado en 1973 por el Abad Bernardo Olivera, OCSO, del monasterio Trapense de Azul, Argentina. El Movimiento está presente en varias provincias argentinas, en Perú y gestándose en México. Nuestra espiritualidad está cimentada sobre: la Escritura, los Padres de la Iglesia, los Santos Maestros espirituales y el Magisterio de la Iglesia. Justamente una de aquellas santas Maestras que alimenta nuestra espiritualidad es santa Gertrudis de Helfta, que figura en un puesto importante dentro de los escritos de nuestro fundador, ya que ella nos introduce a la vez en el Misterio de Dios y en las profundidades del espíritu humano.
El tema del amor ocupa, en santa Gertrudis, un lugar clave en su percepción del misterio de Dios y de la revelación. Nos ofrece en concreto todo una teología del amor, a partir de su experiencia íntima con el Señor, una teología afectiva del abandono total a la acción de Dios en el alma.
Nuestro movimiento entiende la contemplación como una actitud de vida que implica una continua búsqueda y hallazgo de Dios, para ver todo con sus ojos y amar con el corazón. Y la Virgen María constituye nuestro modelo de vida contemplativa. En María de Guadalupe contemplamos el misterio de la Anunciación-Visitación. Ella nos enseña a unir la oración con el amor fraterno, en la historia que nos toca vivir.
Nuestra inserción eclesial se concreta prestando diferentes servicios: Acompañamiento espiritual, ejercitaciones intensivas, extensivas y populares, retiros, jornadas, adoraciones, misas de sanación, grupos de oración, charlas, talleres de Biblia, acompañamiento en el dolor, grupos de misión. Muchos de estos servicios los prestamos en nuestras parroquias.
A santa Gertrudis acudimos, como mistagoga, para que nos enseñe la disposición que necesitamos tener para encontrarnos y unirnos al Señor, a quién hemos entregado nuestras vidas. El tema del amor ocupa, en santa Gertrudis, un lugar clave en su percepción del misterio de Dios y de la revelación. Nos ofrece en concreto, toda una teología del amor, a partir de su experiencia íntima con el Señor, una teología afectiva del abandono total a la acción de Dios en el alma. Al mismo tiempo santa Gertrudis nos enseña a amar a Jesucristo apasionadamente, con toda la fuerza de nuestra alma y a dejarnos amar por Él, ya que ella fue la primera promotora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. A través de esta devoción, promovida por la Compañía de Jesús, santa Gertrudis ha tenido también una viva presencia como maestra espiritual en nuestro continente Latinoamericano.
Nuestra espiritualidad nos propone un camino de alianza, Alianza con Dios en María, que es la profundización de nuestra consagración bautismal. Para formarnos en esta espiritualidad contamos con un método basado en “ejercitaciones” o “ejercicios”, reunidos en un Catecismo mariano y contemplativo, escrito por nuestro fundador. Estos ejercicios espirituales son para nosotros “un método o pedagogía espiritual”, una práctica asidua de ascesis y oración, que vivimos en nuestra la vida diaria y también en tiempos fuertes especiales durante el año, y que nos permite crecer en nuestra espiritualidad y nos lleva progresivamente a la unión con Dios.
Precisamente santa Gertrudis es conocida en la historia de la Iglesia por sus famosos Ejercicios Espirituales, a los que Benedicto XVI calificó a como “una rara joya de la literatura mística espiritual”. Esta obra pertenece por su origen a la tradición monástica medieval de los exertitia spiritualia et corporalia, y por lo tanto integra el acervo de tradición en la que se inspiró nuestro fundador para dotar al Movimiento de una sólida base doctrinal.
Por todo esto, y mucho más, nos sumamos con entusiasmo a la propuesta que los integrantes de la Comisión de Cistercienses y Benedictinos han acercado a Su Santidad, promoviendo esta causa, y solicitándole que sea declarado el doctorado de la Iglesia Universal para santa Gertrudis de Helfta.
Con grandes esperanzas de que acceda a nuestro pedido, y acompañando con nuestra oración vuestras intenciones, nos despedimos de Su Santidad, rogando su paternal bendición para nuestro Movimiento.
Mercedes Sarmiento
Coordinadora General
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