PONTIFICIO INSTITUTO
JUAN PABLO II
PARA ESTUDIOS SOBRE
MATRIMONIO Y FAMILIA
anexo a la
PONTIFICIA UNIVERSIDAD LATERANENSE[1]
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El Presidente
Roma, 7 de febrero de 2013
Santo Padre,
Habiendo sido interpelado con relación a la causa para el otorgamiento del Doctorado de la Iglesia a santa Gertrudis de Helfta, deseo con la presente, expresar mi apoyo a la iniciativa de las Órdenes Cistercienses y Benedictina.
La figura luminosa de santa Gertrudis, la Grande, es significativa también para el Pontificio Instituto Juan Pablo II, que tiene como cometido fundamental el de reflexionar y profundizar la verdad del amor humano, el matrimonio y la familia, que encuentra en el amor increado de Dios, su fuente, arquetipo y destino. La doctrina rica e integral de esta mujer de Dios, hace brillar sobre la vida cristiana el misterio nupcial del amor de Cristo Esposo por la Iglesia esposa, experimentado y gustado en la Liturgia. La Brautmystik (Mística esponsal) encuentra su expresión aguda y viva en su experiencia espiritual y en sus escritos, que testimonian el amor sobreabundante de Dios, deseoso de atraer hacia Sí a su criatura, para darle en esa unión vivificante, Su propia vida.
En sus reflexiones, iluminadas por el encuentro personal con Dios en Cristo, y enriquecidas por una profunda pasión por la Sagrada Escritura, santa Gertrudis reconduce las verdades fundamentales de la fe, al descubrimiento del Amor esponsal, a la contemplación del Corazón de Cristo, que arde de amor por su esposa, hasta dar Su vida por ella. En la mística de santa Gertrudis se recoge un testimonio personal y afectivo, que manifiesta el don y la iniciativa de Dios, que nos ha amado primero y desea la unión profunda con su criatura. Llamada “la santa de la humanidad de Cristo”, esta gran monja alemana valoriza con sólida doctrina la importancia del afecto, evitando al mismo tiempo excesos sentimentales. El uso del lenguaje esponsal narra la realidad de una verdadera relación con Dios, que es una relación del corazón: la expresión intrare ad cor (entrar al corazón), expresa la unión íntima con Cristo en el centro de la integridad de la persona, que hace entrever la visión integral del cuerpo y del alma, de la mente y del corazón. La centralidad de la Liturgia que aparece en sus escritos, es la consecuencia de un corazón enriquecido por el amor de Dios, del corazón que no puede ser solo espectador, sino que está llamado a responder a este amor, “con el cual Dios nos sale al encuentro”.
En la reflexión sobre el matrimonio y la familia en el mundo de hoy, que está perdiendo el horizonte de grandeza, me parece esencial redescubrir la riqueza de la doctrina de la mística nupcial. Esta, en efecto, abre el destino del amor humano, mostrando como este encuentra su verdadero cumplimiento en cuanto vivido como signo del amor salvífico de Cristo esposo a la Iglesia. “¡Este misterio es grande!”, decía el apóstol hablando del matrimonio cristiano en referencia a la unión de Cristo con la Iglesia su esposa. La doctrina de santa Gertrudis es actual también para percibir esta unión.
Al presentarle humildemente esta petición, me confirmo de Su Santidad, devotísimo en el Señor
Mons. Livio Melina
Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia
Piazza San Giovanni in Laterano, 4 - 00120 Ciudad del Vaticano
Tel. (+39) 06.698.95.542 - Fax (+39) 06.698.86.103 - E-mail: segpreside@istitutogp2.it
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Su Santidad
Papa Benedicto XVI
[1] Traducción del italiano: H. Ana Laura Forastieri, ocso. Agradecemos la autorización de publicación.