Capítulo 58: Pregunta de los discípulos: ¿Cuántos salmos deben decir los hermanos de viaje en la noche, en las diversas estaciones? El Señor responde por el maestro:
1Cuando se levantan a la noche sobre su lecho, el hermano ya sea solo o con otro, para cumplir los nocturnos, 2después del versículo que pone fin al silencio[1] y del primer responsorio, dirán: tres salmos, otro responsorio, las lecturas y el versículo, 3nada más a causa del cansancio[2] del viaje pasado y futuro.
4Los maitines en todo tiempo se unirán inmediatamente, durante el viaje, a los nocturnos, concluidos (éstos), 5para evitar así el ser sorprendidos por la luz de la mañana y mostrarse irreverentes, cumpliéndolos en lugares tenebrosos, inoportunos y deshonestos de la casa o del albergue ante seglares sentados o tal vez burlándose de nuestro género de vida. 6Por tanto, cuando desde la mañana los hermanos estuvieren ya seguros de haber rezado maitines, comiencen a pensar sólo en la partida del viaje, 7y a preocuparse sea por preparar las cargas de los animales, sea por distribuir[3] la carga de sus propias alforjas.
Capítulo 59: Pregunta de los discípulos: ¿A qué hora deben comer los hermanos en viaje? El Señor responde por el maestro:
1Cuando los hermanos hacen un viaje largo, los miércoles, viernes y sábados, en invierno, esto es, desde el equinoccio de invierno, que es el 24 de septiembre, hasta Pascua, 2los hermanos que hacen este viaje, comerán a la hora de vísperas y no romperán ese ayuno por ningún motivo. 3Por tanto, si dijimos: a (la hora de) vísperas, (es) porque si quisieran comer en el camino a nona, estarían ocupados en la refección durante las horas breves (y) la parada prolongada no les está permitido por la brevedad del día que se acaba. 4Pero, con todo, otra parte, no romperán ese ayuno en invierno, a no ser que vayan con las espaldas cargadas con fardos muy pesados.
5Sin embargo, el abad hará comer a los hermanos que viajan, después de una madura consideración de la estación y las necesidades, en los casos siguientes, sea invierno o sea verano: 6cuando sean de temer las duras heladas de los campos, o los ardores del sol en el camino, o las subidas pronunciadas de las montañas o los pesos de fuertes cargas; 7y considerando además la debilidad de algunos y la impotencia de los hermanos, 8les hará tomar algún refrigerio (antes) de despacharlos del monasterio. 9Y en invierno por causa de los grandes fríos debe abrigar bien[4] a los hermanos, y por los calores del verano (debe) refrescarlos[5], antes de ponerlos en camino.
10En cuanto a los niños, hasta los doce años, no sólo no ayunarán en ninguna estación estando de viaje, sino que jamás saldrán del monasterio en ayunas, 11a no ser que se les envíe a un lugar próximo, de donde se espera (que vuelvan) antes de tercia en verano, o antes de sexta en invierno, en las cuales horas está prescrito que ellos deben comer.