Abba Shenute es casi un desconocido en nuestros ambientes monásticos occidentales. Y en líneas generales hasta no hace mucho tiempo, poco era lo que se podía hallar sobre su vida y su obra en la bibliografía de nuestra lengua.
El trabajo combinado de especialistas en lengua copta, investigadores, arqueólogas y arqueólogos ha cambiado sustancialmente esa situación de olvido, por llamarla de alguna forma.
Hoy sabemos que se trata del escritor más importante de lengua copta, monje y abad de notable influencia en su tiempo, cuya memoria perdura entre los coptos cristianos hasta nuestro tiempo.
Con el deseo de ayudar a un mejor conocimiento de este monje y de su prolífica producción literaria ofrecemos el presente número monotemático. Esperando interesar a nuestros lectores para que prosigan luego un trabajo personal de acercamiento a abba Shenute.
El artículo del P. Mark Sheridan, osb, nos presenta a Shenute en el ámbito de la Iglesia copta y su influencia dentro de ella.
El artículo del Profesor Stephen Emmel, nos ofrece un primer acercamiento a la personalidad, tan especial y llamativa, de quien fuera abad por largos años de tres monasterios.
La amplia contribución del P. Ugo Zanetti, osb, nos ayuda a sumergirnos en la celebración de la Liturgia de las Horas de las monjas y los monjes de esas Comunidades. Y, al mismo tiempo, nos permite leer varios de los Cánones o reglas compuestos por Shenute para ordenar la celebración del Oficio Divino.
El aporte de la Profesora María Jesús Albarrán Martínez nos permite acercarnos a dos aspectos importantes de la organización monástica presidida por Shenute: las dificultades, que sin duda surgían en medio de comunidades tan grandes en número, y el medio que usaba su abad para corregir y enderezar a quienes no obraban rectamente.
Creo necesario resaltar que los textos que hemos reunido en este número son todos obra de importantes especialistas que nos honran con sus aportes. A Ella y a Ellos nuestro más sincero y profundo agradecimiento.
Nos entristece la pérdida de otro de nuestros grandes colaboradores, ya desde los primeros años de la existencia de Cuadernos Monásticos: el P. Pablo Saenz, osb, que nos ha dejado a la edad de noventa y cinco años. Pero nos reconforta saber que está ya gozando del banquete del Reino de los cielos. Esperamos dedicar a su memoria, además de la semblanza que ahora se publica, un número que reúna algunos de sus más recordadas contribuciones.
Los términos “copto” y “cóptico”, que provienen del término árabe qibt, el cual a su vez proviene de la palabra griega usada para Egipto (Aigyptos), han sido empleados en latín y en las lenguas europeas modernas desde el siglo XVI para designar a los habitantes cristianos modernos de Egipto y al lenguaje usado por ellos en su liturgia.
Shenute fue verdaderamente una personalidad extraordinaria, y dejó tras de sí un logro literario extraordinario, extraordinario no únicamente en la literatura copta, donde lo que él realizó de ninguna manera tiene parangón, sino inclusive en la literatura monástica de la antigüedad tardía, ya sea esta griega, latina, siria o de cualquier otra lengua.
Había, entonces, habitualmente dos eucaristías por semana, una el sábado por la tarde, y otra el domingo por la mañana después de la vigilia, en cada uno de los conventos, separadamente. También las había para ocasiones excepcionales, como los funerales, al igual que una vez por mes, durante un año, por cada miembro de la comunidad fallecido.
El presente artículo pretende seguir contribuyendo al conocimiento sobre el monacato femenino egipcio mediante los textos del corpus shenoutiano. Para ello, se ofrece al lector de lengua hispana la traducción de una de las cartas dirigidas por Shenoute a la comunidad femenina, acompañada del texto original copto, así como del análisis de su contenido, con el fin de situarla en su contexto original y otorgarle una perspectiva lo más amplia posible.