Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 18

Editorial

 

Al terminarse la impresión de este número de CUADERNOS MONÁSTICOS, leemos en L’Osservatore Romano del 12 de setiembre, la siguiente noticia, que juzgamos de mucha importancia para la Iglesia y para nuestra Orden:

“El Papa ha nombrado Secretario de la Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares a Dom Augustin Mayer, osb, Abad de Metten y Presidente de la Congregación Benedictina de Baviera”.

Augustin Mayer nació en Altoetting (Baviera, Alemania) en 1911. Ingresó en el Monasterio benedictino de Metten (Baviera) y el 17 de mayo de 1931 hizo la profesión religiosa. Realizó los estudios de filosofía en Slasburg (Austria) y los de teología en el Pontificio Ateneo Anselmiano de Roma, de donde llegó a ser rector y profesor de Cristología y teología de los Sacramentos. En 1960 fue designado como secretario de la Comisión preparatoria del Concilio para los seminarios, los estudios y la educación católica.

Luego fue nombrado secretario de la misma Comisión Conciliar. El 3 de noviembre de 1966 fue elegido Abad del Monasterio de Metten y dos años después fue elegido Presidente de la Congregación benedictina de la región bávara. Actualmente es consultor de la Sagrada Congregación para la Educación Católica. Ha publicado numerosos artículos en la Enciclopedia católica italiana y ha escrito una obra sobre cuestiones patrísticas.

 

¿QUE LUGAR OCUPAN, HOY, LOS MONJES EN LA SOCIEDAD Y EN LA IGLESIA?

Si hasta hace pocos años esta pregunta era formulada por las personas extrañas ala vida monástica, últimamente en las mismas comunidades no han faltado planteos y la urgencia de una respuesta clara.

En una sociedad regida por el “consumo-producción”, el pensamiento no puede eludir una categoría mental: “servir para...”. Hay una funcionalidad subordinada al valor útil. Y este es el criterio supremo que inclusive juzga de la verdad, del bien, de la belleza, del amor, de la santidad. La industria, el comercio, la economía, la propaganda, son hoy los dueños del mundo y las tareas supremas del hombre. Es suficiente ver los datos estadísticos de las Universidades, cuáles son las facultades con más inscripción, hacia qué estudios y tareas se encamina nuestra juventud. Oímos, luego pensamos, finalmente repetimos, lo que todo el mundo dice: que es un hecho irreversible y un signo de los tiempos que es menester aceptar y en el cual de alguna manera debemos insertarnos.

Indudablemente dentro de esas coordenadas, ¿tienen acaso sentido: la Cruz, la oración, el martirio, el silencio, la humildad, la adoración, la conversación de comunión y no de “búsqueda”, la virginidad, el anonadamiento, etc.? Y, ¿tiene sentido la vida monástica, tiene sentido la contemplación?

Presentamos en este número de Cuadernos Monásticos algunas reflexiones, diversos enfoques, sin la pretensión de ser exhaustivos. Por el contrario, nos sentiríamos muy felices si nuestros lectores continuasen la búsqueda de una más plena respuesta, hallada por sí mismos o por el contacto con otros estudios más vastos o por el contacto con la misma vida monástica. Sobre todo por una mirada atenta a Jesucristo, el Hombre, el Señor, el Hijo de Dios.

La Dirección

SUMARIO

Editorial

Las opciones espirituales de la vida religiosa en un mundo en vías de secularización

Artículo

La vida religiosa considerada en la Iglesia según el Vaticano II

Artículo

A propósito de la “Evangelica Testificatio”

Artículo

Dimensión contemplativa de la vida religiosa. Su actualidad en el momento histórico en que vivimos

Artículo

Alocución al Congreso de los Abades y Priores Benedictinos

Artículo

En torno a la contemplación

Artículo

La “función” principal de la vida monástico-contemplativa

Artículo

Tu rostro buscaré, Señor

Artículo

¿Qué lugar ocupa el monje en la sociedad?

Artículo

El lugar del monje en el pueblo de Dios

Artículo