LA VIDA MONÁSTICA: UNA VIDA EN EL ESPÍRITU SANTO,
FRENTE A LOS DESAFÍOS DEL MUNDO DE HOY
Congreso de Abades de la Confederación Benedictina, Roma, setiembre de 1988
Publicamos en este número de CUADERNOS MONÁSTICOS cuatro de las conferencias pronunciadas ante los Abades y Priores conventuales reunidos en su Congreso en Roma en el pasado mes de setiembre, y al que asistieron como observadoras las representantes de las monjas y hermanas benedictinas. En la imposibilidad de publicar la totalidad de las relaciones leídas, hemos escogido cuatro de ellas, sabiendo que, lamentablemente, toda selección es difícil y que de esta manera se deja de lado una parte importante del aporte realizado durante el Congreso y que influyó también en la reflexión y en la experiencia de los participantes.
El tema, La vida monástica, vida en el Espíritu Santo, fue abordado desde diferentes ángulos, y sin olvidar la referencia al mundo en que se desarrolla. De las conferencias que no ofrecemos traducidas aquí, versan sobre esa relación con el marco exterior que rodea a las comunidades monásticas: La escucha del Espíritu Santo en los signos de los tiempos, del Abad Paulo Rocha, y El monacato benedictino y las realidades espirituales del mundo de hoy, del Abad Simone Tonini, a las que se ha de agregar la del Archimandrita Palomas Koumantos (Spilion, Creta, ortodoxo griego): El monacato ortodoxo oriental a imagen y semejanza del Espíritu Santo. De las conferencias que publicamos, las de los Padres Ghislain Lafont, Prior Michel Van Parys y Abad Christian Schütz, atienden más bien a la dimensión interior, el Espíritu Santo como origen y presencia, y la del P. Abad Primado, D. Víctor Dammertz, está referida a la respuesta de los monjes frente al desafío de las culturas contemporáneas.
La distribución del tiempo durante el Congreso preveía intercambios en los grupos lingüísticos y en el plenario, que se realizaron con buena participación de la asamblea, y al final, el Prior Michel Van Parys presentó un ensayo de síntesis en el que se extraen los puntos principales: la vida en el Espíritu Santo que nace del bautismo, y conlleva una exigencia de conversión, de escucha, de humildad, como condiciones para la verdadera libertad. Se hace necesario un discernimiento, y allí se da la paternidad espiritual. Como fruto de la paz de los corazones habitados y renovados por el Espíritu se señala la importancia de la hospitalidad. Surgen así puntos que invitan a una mayor profundización: la presencia en la Iglesia, la Regla, el Abad, y también las cuestiones como oración y trabajo, cultura, ecumenismo, en relación con la vida en el Espíritu.
Fueron días intensos de trabajo y de plegaria en la comunión, que la beatificación del Cardenal José Benito Dusmet por el Santo Padre el 25 de setiembre y la audiencia privada del lunes 26 contribuyeron a hacer vivir en la unidad de la Iglesia, la que peregrina en la tierra, con su Pastor y con la de los santos del cielo.