Conferencia de Comunidades Monásticas del Cono Sur
Conferencia de Comunidades Monásticas del Cono Sur
En el marco del Año de la Eucaristía, durante el cual la Iglesia peregrina suplica Quédate con nosotros, Señor[1], porque desea añadir al calor de la Palabra del Maestro la plenitud de su presencia en el Pan de vida, dedicamos el primer número del año de Cuadernos Monásticos a la publicación de textos que ahondan distintos aspectos del gran misterio de la comunión, que tiene su fuente y su culmen en el don eucarístico.
El primer artículo apunta a la raíz del misterio, que es también la raíz de la alegría del cristiano: un pastor de nuestro tiempo nos introduce en la clave de la vivencia del mutuo don. La diafanidad del amor trinitario se transparenta en esta carta pastoral que el Card. Daneels dirigió a los fieles de su diócesis, con ocasión del Jubileo del año 2000, y que, más que una reflexión sobre el misterio de la santa Trinidad, es una invitación apremiante a vivir de él en el gozo fecundo de la comunión familiar y eclesial.
En el segundo se enfoca el ramaje, la copa del árbol de la vida: esas ramas que a veces nos impiden ver el bosque. Un planteo claro, realista y esperanzador de las dificultades de la vida en común, nos hace ver en ellas la puerta de entrada del misterio de Dios en nuestras existencias, misterio de fe que, atravesando la oscuridad de noches dolorosas, desemboca en el amanecer de luminosas reconciliaciones.
Finalmente, el tema de la oración dibuja ese tronco por el que circula la savia que irriga cada rama y cada hoja, despertando a su paso la esperanza de dar flores y frutos. El último artículo nos presenta la oración del Padrenuestro que, desde la perspectiva de la tradición judía, se nos presenta bajo una nueva luz.
Nos hemos propuesto publicar a lo largo de este año, en la sección Fuentes, Los Cuatro Libros de los Diálogos de san Gregorio Magno: uno en cada número de nuestra revista trimestral. Respondemos así a la necesidad de contar con una traducción española del libro en el que está inserta, como una perla entre tantas otras, la vida de nuestro Padre san Benito. El Año de la Eucaristía nos ubica en la perspectiva óptima desde la cual mirar estas historias, cuyo hilo conductor es la luminosa transparencia de los misterios de Cristo, y especialmente del misterio eucarístico, en las vidas de los santo
La sección Libros reúne, además de las Recensiones y los Libros recibidos, un par de Noticias bibliográficas sobre valiosos estudios patrísticos, que seguramente interesarán al lector.
Tapa: Detalle de la Maiestas Domini con el libro en el que se lee la inscripción EGO SUM LUX MUNDI en la mano izquierda, perteneciente a la decoración de la bóveda del ábside central de la Iglesia de San Climent de Taull, España. Hacia el 1123.
[1] Lc 24,29.
El misterio de la Trinidad no es por lo tanto un galimatías, un desafío desalentador, una cruz para nuestra razón; es objeto de hambre, hambre de saber más sobre él; es objeto de un deseo impaciente de poder deleitarse en él. Jesús, por otra parte, no ha venido a este mundo para otra cosa sino para decirnos: Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Una constante: la vida en comunidad seduce a menudo a los jóvenes hacia la vida religiosa; pero muchos la dejan después de una decena de años, porque la vida en común les parece imposible de soportar. ¿Por qué sucede esto?
Para la comprensión profunda de la entrañable oración del Padrenuestro ayuda, en realidad, mucho más el saber que Jesús, como todo judío devoto, aprendió a rezar bebiendo de la tradición orante de Israel transmitida en el Templo y en la Sinagoga, como también de los labios de María y de José.
“Por la exégesis se aprende cómo la virtud debe ser adquirida y guardada; pero por el relato de los milagros aprendemos cómo la virtud, una vez adquirida y guardada, se pone en práctica. Hay hombres a quienes los ejemplos los inflaman más hacia el amor de la patria celestial que la teoría. Además, el espíritu del que escucha, encuentra muchas veces una doble ayuda en el ejemplo de los padres, ya que por la comparación con los que le precedieron, él se siente estimulado en el amor de la vida futura, y si se imagina ser algo, se humilla cuando llega a darse cuenta de que otros han realizado cosas mejores”.
