CUADERNOS MONÁSTICOS cumple, a mediados de este año 1986, sus primeros veinte años de vida. Podríamos referirnos a lo que significa esa permanencia en nuestro medio, en coincidencia con los trabajos de afianzamiento y de desarrollo de las comunidades. Pero los monasterios del Cono Sur que patrocinan la publicación, y cuyos monjes y monjas son los colaboradores más frecuentes, mantuvieron el propósito que los animaba al crearla: dotar a las comunidades monásticas y a sus amigos con un medio que los ayudase a formarse en su vocación y que pudiese explicitar su identidad en la Iglesia. Todo esto se ha logrado, sin duda, a pesar de las inevitables limitaciones, y ha sido muy importante el que se hiciera en el inmediato posconcilio, en los años en que los monasterios del Cono Sur, en su mayoría, alcanzaban la autonomía y se orientaban hacia la formación de una Congregación y de una Región que estarían gobernadas localmente. En este contexto, los Cuadernos Monásticos han sido un instrumento de comunión, entre las comunidades del Cono Sur, primero, pero también, y no en menor medida, con la gran familia monástica, con la tradición de los Padres, con el Espíritu que ora en la Iglesia...
Gran parte del mérito ha correspondido a su Directora, Madre Cándida Cymbalista, quien tuvo a su cargo la revista desde diciembre de 1969, iniciándose con el N° 11. El crecimiento y el mejoramiento de Cuadernos Monásticos está a la vista, su difusión alcanza ahora a todos los continentes, y es valorada como un vehículo de encuentro y de fraternidad. Ahora, coincidiendo con este 20° Aniversario, la Madre Cándida deja la dirección. Le agradecemos su constancia y su equilibrio, tantas veces puestos a prueba, y su generosa disponibilidad. Dios le retribuirá este esfuerzo. La sucede como Director el P. Eduardo Gowland, del Monasterio trapense de Azul. Colaborador de vieja data, fiel participante en las reuniones del Consejo de Redacción, a él se deben muchas iniciativas enriquecedoras. Desde su nuevo cargo podrá seguir animando esta obra de todos.
A la Directora saliente le reiteramos nuestro agradecimiento, al Director entrante, lo animamos con fraterno afecto, y a las Hermanas del Monasterio Gozo de María que llevan el peso diario de la Redacción y Administración, desde hace tiempo, y lo seguirán sosteniendo todavía, les expresamos el aprecio que sentimos por su esfuerzo, compartiendo con ellas los logros alcanzados y anticipando los futuros.
Martín de Elizalde, osb
Abad de San Benito, Luján
Presidente de la Conferencia de Comunidades
Monásticas del Cono Sur (SURCO)