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DOMINGO 5°. Tiempo durante el año. Ciclo "A"

Textos litúrgicos

«La lámpara colocada sobre el candelero, de que habla la Escritura, es nuestro Señor Jesucristo, verdadera luz del Padre, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Tomando de nosotros nuestra carne, se ha hecho y se ha llamado “lámpara”, es decir. Sabiduría y Palabra del Padre según su naturaleza, y es proclamado en la Iglesia de Dios por la piedad y la fe. Glorificado y manifestado entre las naciones por el ejemplo de su vida y la fidelidad a los mandamientos, brilla para todos los que están en la casa, es decir, para este mundo.

DOMINGO 3°. Tiempo durante el año. Ciclo "A"

Textos litúrgicos

«… Pedro y Andrés abandonaron sus redes para seguir al Redentor a la primera llamada de su voz... Tal vez alguno se diga por lo bajo: "Para obedecer a la llamada del Señor, ¿qué pudieron abandonar estos dos pescadores que no tenían casi nada?". Pero en esta materia tenemos que considerar las disposiciones del corazón más que la fortuna. Deja mucho el que no retiene nada para sí; deja mucho el que lo abandona todo, por muy poco que sea. Nosotros conservamos con pasión lo que poseemos. y tratamos de conseguir lo que no tenemos.

DOMINGO 2º. Tiempo durante el año. Ciclo "A"

Textos litúrgicos

«(…) La figura ha pasado y se ha manifestado la verdad. En lugar de un cordero, es Dios quien ha venido: en lugar de una oveja, un hombre; y en el hombre, Cristo, que todo lo contiene. El sacrificio del cordero, el rito de la Pascua y la letra de la Ley están contenidos en Cristo, por quien todo se ha cumplido en la antigua Ley, y más todavía en la Palabra nueva...

BAUTISMO DEL SEÑOR

Textos litúrgicos

«El Señor Jesús ha venido hoy a recibir el bautismo. Ha querido lavar su cuerpo con el agua del Jordán. Quizá alguno diga: “¿Por qué quiso ser bautizado, Él que era Santo?”. Cristo se bautiza, no para ser santificado por las aguas, sino para santificar Él las aguas y purificar con su acción personal las olas que toca. Se trata más bien de la consagración del agua que de la consagración de Cristo. Desde el momento en que Cristo se lavó, todas las aguas se volvieron puras con vistas a nuestro bautismo.