Gertrudis pierde una aguja en el pajar[1]. Grabado publicado en el libro “Vida de Santa Gertrudis Virgen”, autor anónimo, Apostolado de la Prensa, Madrid, 1913.
Gertrudis privada del oficio divino por la enfermedad[1]. Grabado publicado en el libro “Vida de Santa Gertrudis Virgen”, autor anónimo, Apostolado de la Prensa, Madrid, 1913.
«Cuando se desprecia al pobre, se desprecia a Cristo; la falta es enorme. Pablo persiguió a Cristo cuando perseguía a los suyos, y por eso escuchó aquello de ¿por qué me persigues? (Hch 9, 4). Cada vez que demos algo, démoslo con las mismas disposiciones que si lo hiciésemos a Cristo, porque sus palabras son mucho más dignas de crédito que lo que ven nuestros ojos. Cuando veas a un pobre, acuérdate de esas palabras en que Cristo te revela que es a Él a quien puedes alimentar.
Impresión de los estigmas[1]. Grabado publicado en el libro “Vida de Santa Gertrudis Virgen”, autor anónimo, Apostolado de la Prensa, Madrid, 1913.
«Con un sólo talento puedes también ser glorioso. Porque no serás más pobre que la viuda de las dos moneditas, ni más rudo que Pedro y Juan, que eran ignorantes y no conocían las letras. Y, sin embargo, por haber dado muestras de su fervor y por haberlo hecho todo en interés común, alcanzaron el cielo.
Éxtasis de santa Gertrudis, Pietro Liberi (1605-1687), Monasterio de Santa Giustina, Padua, Italia.
Oh Dios, mi Dios, por ti madrugo.
Mi alma está sedienta de ti