CARTA POSTULATORIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
Conferencia Episcopal Venezolana
Caracas, 09 de febrero de 2015
Prot. 21-02/2015-P.
Exmo. Sr. Cardenal
Angelo Amato
Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos
Conferencia Episcopal Venezolana
Caracas, 09 de febrero de 2015
Prot. 21-02/2015-P.
Exmo. Sr. Cardenal
Angelo Amato
Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos
Conferencia Episcopal Argentina
Secretariado General
Prot. N° 198/14
Buenos Aires, 26 de agosto de 2014
Cristo instituye la Eucaristía.
Los Israelitas reciben el maná en el desierto
Hacia 1465
Brujas, Bélgica
Conferencia Episcopal Austríaca
Su Presidente
Viena, 17 de octubre 2013
BK 134/13
¡Reverenda Hermana!
Jesucristo alimenta a la multitud
Siglo X
Marfil ofrecido por el emperador Otón I (936-973) al monasterio Saint-Maurice de Magdeburg (Alemania), posiblemente en 968
“En el desierto nuestro Señor multiplicó el pan y en Caná convirtió el agua en vino. De ese modo los habituaba a su pan y a su vino, hasta el tiempo en que les daría su cuerpo y su sangre. Les hacía gustar un pan y un vino perecederos, para excitar en ellos el deseo de su cuerpo y de su sangre vivificantes. Con liberalidad les daba esos pequeños regalos, para que se dieran cuenta que su don supremo sería gratuito.
Conferencia de los Obispos Suizos
El Presidente
Al Santo Padre
Ciudad del Vaticano
Suiza - Sankt Gallen, 8 de mayo de 2013
Solicitud de elevación de santa Gertrudis la Grande de Helfta a doctora de la Iglesia
Santo Padre,
Cristo, Buen Pastor
Siglo IV
Roma
“... Al bienhechor lo reconocemos por los mismos beneficios que hemos recibido, porque si miramos a los hechos, gracias a ellos concluimos por analogía la naturaleza del bienhechor. Si el amor a la humanidad es una marca propia de la naturaleza divina (...), ya tienes la causa de la presencia de Dios entre los hombres.
por Pierre DOYÈRE, OSB †[1]
Jesucristo enseñando a sus discípulos
1684
Evangeliario
Egipto
“... Un predicador ya experimentado no debe predicar para recibir la recompensa en esta tierra, sino que ha de recibir la recompensa para poder seguir predicando. Porque quien predica para recibir aquí la paga, en prestigio o en metálico, se priva indudablemente de la recompensa eterna.
San Benito y su hermana santa Escolástica
39Cuando le preguntamos al Señor, hermanos, sobre quién moraría en su casa, oímos lo que hay que hacer para habitar en ella, a condición de cumplir el deber del morador. 40Por tanto, preparemos nuestros corazones y nuestros cuerpos para militar bajo la santa obediencia de los preceptos, 41y roguemos al Señor que nos conceda la ayuda de su gracia, para cumplir lo que nuestra naturaleza no puede (cf. Ef 2,3; Rm 3,24).