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SÁBADO SANTO

Textos litúrgicos

“Nuestro Dios y Salvador realizó su plan de salvar al hombre levantándolo de su caída y haciendo que pasara del estado de alejamiento, en que había incurrido por su desobediencia, al estado de familiaridad con Dios. Éste fue el motivo de la venida de Cristo en la carne, de su convivencia con los hombres, de sus sufrimientos, de su cruz, de su sepultura y de su resurrección: que el hombre, una vez salvado, recobrara, por la imitación de Cristo, su antigua condición de hijo adoptivo” (san Basilio de Cesarea).

JUEVES SANTO

Textos litúrgicos

“Esto fue lo que hizo el Señor, éste es el don que nos otorgó: siendo grande, se humilló; humillado, quiso morir; habiendo muerto, resucitó y fue exaltado para que nosotros no quedáramos abandonados en el abismo, sino que fuéramos exaltados con Él en la resurrección de los muertos, los que, ya desde ahora, hemos resucitado por la fe y por la confesión de su nombre” (san Agustín de Hipona).

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Textos litúrgicos

“Digamos, digamos también nosotros a Cristo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel! Tendamos ante él, como si fueran palmas, nuestra alabanza por la victoria suprema de la cruz. Aclamémoslo, pero no con ramos de olivos, sino tributándonos mutuamente el honor de nuestra ayuda material. Alfombrémosle el camino, pero no con mantos, sino con los deseos de nuestro corazón, a fin de que, caminando sobre nosotros, penetre todo Él en nuestro interior y haga que toda nuestra persona sea para Él, y Él, a su vez, para nosotros.

JUAN CASIANO: “CONFERENCIAS” (Conferencia VII, capítulos 5-8)

Regla de San Benito

Capítulo 5. Sobre la perfección del alma considerada en comparación al centurión del Evangelio (cf. Mt 8,9)

“La reivindicación de la libertad humana culmina en una bella imagen: al igual que el centurión del Evangelio se hacía obedecer por sus soldados y por su servidor, del mismo modo el espíritu perfecto comanda sus pensamientos, buenos o malos, como así también a su cuerpo”[1].

JUAN CASIANO: “CONFERENCIAS” (Conferencia VII, capítulos 3-4)

Regla de San Benito

Capítulo 3. Nuestra respuesta sobre la volubilidad del alma

De forma conjunta Germán y Casiano presentan sus dificultades para dominar la divagación de su pensamiento. Este obstáculo los aleja permanentemente del temor de Dios y de la contemplación espiritual. Así, desanimados, piensan que la naturaleza humana misma está viciada en su raíz misma.