DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR. Ciclo "B"
Entrada de Jesucristo en Jerusalén
Hacia 1140-1170
Capella Palatina
Palermo, Italia
Entrada de Jesucristo en Jerusalén
Hacia 1140-1170
Capella Palatina
Palermo, Italia
Santa Gertrudis, talla de madera policromada, capilla doméstica del convento jesuítico de Tepotzotlán - Museo Nacional del Virreinato, Tepotzolán, México.
Por Olivier Quenardel, ocso[1]
Crucifijo
1268-1271
Cimabue
Arezzo, Italia
Moisés y la serpiente. La crucifixión de Jesucristo
Hacia 1280
Ventanal
Catedral de Colonia, Alemania
«... La imagen se ha convertido en realidad, la profecía en manifestación, la Ley en Evangelio. Has atraído todo hacia ti, Señor, para que el culto de todas las naciones del universo celebrase por medio de un sacramento pleno y manifiesto lo que se venía haciendo bajo la sombra de las imágenes en el templo único de Judea. Ahora, los levitas son más ilustres, más elevada la dignidad de los ancianos, más santa la unción de los sacerdotes, porque tu Cruz es la fuente de todas las bendiciones, la causa de todas las gracias.
Jesucristo echa a los vendedores y cambistas del templo
Siglo XII
Salterio
Oxford, Inglaterra
«Verdaderamente uno y otro, el templo y el cuerpo de Jesús, según una misma acepción, son para mí tipos de la Iglesia, porque ésta está construida con piedras vivas, es una mansión espiritual para un sacerdocio santo (1 P 2,5), y está construida sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, cuya piedra angular es Cristo Jesús (Ef 2,20), y bien merece el nombre de templo.
Santa Gertrudis (detalle). Óleo sobre tela. Francisco Lecaros. Museo de arte religioso. Puebla, México.
Por Olivier Quenardel, ocso[1]
La Transfiguración de Jesucristo
Siglo XII
Monasterio de Santa Catalina
Sinaí, Egipto
La tentación de Jesucristo
1100-1150
Basílica de San Marcos
Venecia, Italia
«(...) Como el Señor todo lo hacia y sufría para nuestra enseñanza, quiso también ser conducido al desierto y trabar allí combate contra el diablo, a fin de que los bautizados, si después del bautismo sufren mayores tentaciones, no se turben por ello, como si fuera cosa que no era de esperar. No, no hay que turbarse, sino permanecer firme y soportarlo generosamente como la cosa más natural del mundo. Si tomaste las armas, no fue para estarte ocioso, sino para combatir. Y ésa es la razón por que Dios no impide que nos acometan las tentaciones.